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Qué ver en Narbona: 10 lugares clave de la ciudad del buffet al sur de Francia

Narbona, una ciudad con encanto en el sur de Francia, es el foco de nuestro próximo artículo. Esta urbe, rica en historia y cultura, ofrece una amalgama de experiencias que capturan la esencia del Languedoc-Rosellón. Con raíces que se hunden en la época romana, Narbona ha sido testigo de innumerables transformaciones, convirtiéndose en un mosaico de tradiciones antiguas y modernidad.

La gastronomía, el arte, y la arquitectura de Narbona juegan un papel crucial en su atractivo. Esta ciudad no solo es un destino para los amantes de la historia, sino también un paraíso para los amantes de la buena comida. A través de nuestras palabras, te invitaremos a sumergirte en el corazón de Narbona, descubriendo sus secretos y encantos.

Catedral de San Justo y Pastor

La Catedral de San Justo y Pastor en Narbona, una joya del gótico meridional, es mucho más que un monumento religioso; es un testimonio viviente de la historia y la cultura de la ciudad. Iniciada en 1272, esta catedral destaca por su impresionante altura bajo bóveda, siendo la cuarta más alta de Francia con 41 metros. Aunque inacabada, su sola presencia domina el paisaje urbano reflejando las ambiciones y desafíos de su época.

El interior de la catedral es un espectáculo de arte y arquitectura gótica, con vitrales que bañan el espacio en luz y color. A pesar de que solo el coro está completo, su grandiosidad es innegable. Este espacio no solo sirve como lugar de culto, sino que también acoge eventos culturales y musicales, añadiendo una dimensión dinámica a su carácter histórico.

Visitar la Catedral de San Justo y Pastor es una experiencia accesible para todos. Abierta todos los días, su horario es de 10:00 a 12:45 y de 14:00 a 18:00. La entrada es gratuita, permitiendo a visitantes de todo el mundo admirar su belleza y magnificencia. Además, su ubicación en el corazón de Narbona facilita la exploración de otros tesoros de la ciudad, haciendo de la catedral un punto de partida ideal.

Palacio Arzobispal

El Palacio Arzobispal de Narbona, un magnífico conjunto arquitectónico situado en el corazón de esta histórica ciudad francesa, es una visita obligada para los amantes de la historia y la arquitectura.

Este palacio, compuesto por el Palacio Viejo de origen románico y el Palacio Nuevo de estilo gótico, destaca por sus tres imponentes torres cuadradas que datan de los siglos XIII y XIV. Desde el siglo XIX, alberga la alcaldía, el museo de arte e historia y el museo arqueológico, convirtiéndolo en un centro cultural vital de Narbona.

El Palacio Arzobispal no solo es un testimonio de la rica historia de Narbona, sino que también es un lugar de encuentro para eventos culturales y exposiciones. Los visitantes pueden explorar las colecciones de arte y artefactos históricos que se exhiben en sus museos, sumergiéndose en el pasado de la ciudad y la región.

Para aquellos interesados en visitar, el palacio está abierto al público de lunes a domingo, con horarios de 10:00 a 12:45 y de 14:00 a 18:00, excepto los martes cuando está cerrado. Ubicado en la Place de l'Hôtel de Ville, es fácilmente accesible y un punto de partida ideal para explorar otros atractivos de Narbona.

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Canal de la Robine

Este canal, que une el río Aude con el Mediterráneo, es una extensión del famoso Canal du Midi, ambos declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Con 32 km de longitud, el Canal de la Robine atraviesa paisajes pintorescos, incluyendo los tranquilos estanques de Bages y Sigean y la reserva natural de la Île-Sainte-Lucie.

La historia del canal se remonta a la época romana, cuando se utilizaba su antiguo lecho fluvial para la navegación. En el siglo XIV, se adaptó para alimentar los molinos de Narbona, y su importancia comercial creció en el siglo XVII, cuando Vauban propuso conectarlo con el Canal du Midi. Esta conexión se hizo realidad en el siglo XVIII, superando desafíos técnicos y financieros.

Los visitantes pueden disfrutar de paseos en bicicleta o a pie a lo largo de su sereno camino de sirga, que ofrece vistas espectaculares de la Catedral de Saint-Just et Saint-Pasteur y el paisaje circundante. Además, el canal alberga eventos como paseos en barco, que permiten a los visitantes experimentar la belleza y la tranquilidad del canal desde una perspectiva única.

Horreum

El Horreum de Narbona, una joya subterránea del siglo I a.C., ofrece una ventana única al pasado romano de la ciudad. Estas galerías, originalmente parte de un mercado o almacén público, revelan el impresionante conocimiento arquitectónico de los romanos. Los visitantes pueden recorrer los pasillos y estrechas habitaciones, admirando los muros bien conservados que atestiguan la habilidad constructiva.

Ubicado cerca de la histórica Via Domitia, jugó un papel crucial en el comercio del Imperio Romano, siendo uno de los puertos más grandes después de Ostia. Los guías explican los usos de estas galerías, permitiendo a los visitantes comprender mejor la vida romana y la importancia histórica y comercial de Narbona en aquella época.

El sitio está abierto de enero a abril y de octubre a diciembre de 10:00 a 17:00 horas, y de mayo a septiembre de 10:00 a 18:00 horas. Los precios varían: 5 euros para adultos, con tarifas reducidas para niños y estudiantes, y grupos a partir de 4 euros por persona. Además, el primer domingo de cada mes, la entrada es gratuita. El Horreum también ofrece visitas guiadas individuales y para grupos.

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Les Halles

Les Halles de Narbona, un mercado vibrante y lleno de vida, es un verdadero emblema de la ciudad. Inaugurado el 1 de enero de 1901, este espléndido pabellón de estilo Baltard, con su estructura metálica y cristal, no solo es interesante por dentro, sino también por fuera. Su diseño, inspirado en los famosos mercados parisinos, lo convierte en un punto de encuentro tanto para lugareños como para visitantes.

Abierto todos los días del año de 7:00 a 13:30, Les Halles se convierte en un hervidero de actividad, especialmente los domingos por la mañana. Aquí, en sus 75 puestos, se pueden encontrar desde charcuterías, queserías, pescaderías y carnicerías hasta bares y floristerías. Es un lugar donde la calidad y la frescura de los productos son la norma.

Además de ser un centro de abastecimiento, Les Halles es también un espacio para eventos temáticos a lo largo del año, como festivales dedicados a la col, las tripas o la figuette (un manjar de higo típico de Narbona). En 2022, fue galardonado por la televisión pública TF1 como el mercado más bonito de Francia, un reconocimiento a su belleza y ambiente único.

El mercado no solo es conocido por su arquitectura y productos, sino también por su ambiente cálido y acogedor. Es común ver a la gente disfrutando de un aperitivo meridional, charlando y riendo, creando un ambiente genuino y cordial. Entre los restaurantes emblemáticos se encuentra Chez Bébelle, famoso por sus "lancers de viande" (lanzamientos de carne) y su conexión con el mundo del rugby.

Via Domitia

La Via Domitia, una antigua calzada romana, es un fascinante vestigio de la ingeniería y la historia antigua. Construida alrededor del 118 a.C. por el cónsul romano Cneo Domitio Enobarbo, esta ruta histórica conectaba Italia con Hispania, atravesando la Galia. En Narbona, un tramo significativo de la via se conserva y puede ser admirado en la plaza del Ayuntamiento, descubierto durante la peatonalización de la plaza en 1997.

Este segmento de la calzada revela un pavimento de piedras calcáreas, pulidas por el paso del tiempo y marcadas por los surcos de los carros que una vez transitaron por ella. La presencia de la Via Domitia en Narbona no solo destaca la importancia estratégica de la ciudad en la antigua Roma, sino que también ofrece una conexión tangible con el pasado.

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Puente de los Marchantes

El Puente de los Marchantes en Narbona es una maravilla arquitectónica que combina historia, funcionalidad y belleza. Este puente, uno de los dos únicos puentes habitados en Francia, es un testimonio vivo de la historia de Narbona, remontándose a la época romana y originalmente, formaba parte de la Via Domitia

Lo que hace único al Puente de los Marchantes es su integración en la estructura urbana de la ciudad. A lo largo de los siglos, el puente ha sido absorbido por las edificaciones circundantes, convirtiéndose en parte de la calle y de la vida cotidiana de los narbonenses. Hoy en día, alberga tiendas y viviendas, manteniendo su función como un cruce vital sobre el Canal de la Robine.

Arquitectónicamente, el puente es una proeza. Aunque originalmente tenía varias arcadas, ahora solo queda una visible. Esta arquitectura oculta añade un elemento de misterio y encanto, invitando a los visitantes a imaginar cómo era Narbona en la antigüedad. Las casas que se asientan sobre el puente añaden un pintoresco toque medieval, creando un paisaje urbano único.

Les Grands Buffets

Les Grands Buffets en Narbona es más que un restaurante; es una experiencia culinaria que encapsula la esencia de la tradición gastronómica francesa. Este establecimiento, conocido por ofrecer el surtido de quesos más grande del mundo, invita a sus comensales a un viaje por los sabores y aromas de Francia.

La arquitectura y decoración de Les Grands Buffets reflejan un homenaje al arte y la elegancia francesa. Las salas, adornadas por artistas contemporáneos, crean un ambiente que combina lo clásico con lo moderno, ofreciendo un escenario perfecto para disfrutar de una comida excepcional. Cada detalle, desde los manteles de calidad hasta las copas y cubiertos cuidadosamente seleccionados.

En cuanto al contenido gastronómico, Les Grands Buffets es un festín para los sentidos. La variedad es impresionante: desde foie-gras en todas sus formas hasta bogavante asado, pasando por platos tradicionales como el cassoulet. La experiencia se enriquece con una espectacular colección de quesos y una selección de 70 vinos, servidos por copa o botella, que complementan perfectamente cada plato.

Además, Les Grands Buffets no solo se centra en la comida. Regularmente, el restaurante se convierte en un espacio para eventos y celebraciones, donde la comida y el arte se fusionan para crear momentos inolvidables. Estos eventos destacan la importancia de la comida como parte integral de la cultura y el arte de vivir franceses.

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Barrio Le Bourg

En el corazón de Narbona, Francia, se encuentra el Barrio Le Bourg, un rincón lleno de encanto que encapsula la esencia de la vida en esta histórica ciudad. Este barrio, menos transitado por el turismo convencional, ofrece una experiencia auténtica y profunda de la cultura local.

La arquitectura de Le Bourg es una mezcla fascinante de lo antiguo y lo nuevo. Paseando por sus calles, uno puede admirar edificios que datan de la Edad Media, con sus fachadas de piedra y entramados de madera, que conviven armoniosamente con construcciones más modernas. Esta diversidad arquitectónica no solo es un deleite visual, sino que también cuenta la historia de Narbona a través de sus piedras y diseños.

Le Bourg no es solo un espectáculo para los ojos; es un lugar donde la vida cotidiana de los narboneses se desarrolla con una tranquilidad contagiosa. Aquí, pequeñas tiendas, cafés con encanto y restaurantes locales invitan a los visitantes a experimentar el sabor de la vida en Narbona. El ambiente es acogedor y genuino, lejos del bullicio de las zonas más turísticas.

Además, el barrio cobra vida con diversos eventos a lo largo del año. Desde mercados de artesanía hasta festivales culturales, Le Bourg se convierte en un escenario donde la tradición y la modernidad se encuentran. Estos eventos son una oportunidad perfecta para que los visitantes se sumerjan en la cultura local y experimenten la hospitalidad y el arte de vivir de Narbona.

Plaza del Ayuntamiento

Esta plaza, más que un simple espacio urbano, es un testimonio vivo de la evolución de Narbona a lo largo de los siglos. Rodeada de edificios que reflejan una mezcla de estilos arquitectónicos, desde el gótico hasta el renacentista, la plaza es un libro abierto para quienes se interesan por la historia arquitectónica.

El Ayuntamiento, que da nombre a la plaza, es una joya arquitectónica. Su fachada, adornada con esculturas y detalles ornamentales, captura la mirada de visitantes y locales por igual. No es solo un centro administrativo, sino también un símbolo del legado y la identidad de Narbona.

Además, es un centro de actividad y encuentro. Aquí, los eventos culturales y festivales cobran vida, llenando el espacio con música, arte y celebraciones que reflejan la rica cultura de la región. Mercados ocasionales también se instalan en la plaza, ofreciendo productos locales y artesanías, y brindando un vistazo a la vida cotidiana de Narbona.

La plaza es, además, un punto de partida ideal para explorar los alrededores. Desde aquí, los visitantes pueden caminar hacia otras atracciones históricas, sumergiéndose en las calles que irradian historia y encanto.

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Mapa con los lugares recomendados de Narbona

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