Burdeos

Burdeos, la perla de la Nueva Aquitania

Ampliamente conocida por sus vinos, Burdeos es una de esas ciudades que a menudo pasa desapercibida para el turismo, pero hasta la que vale la pena viajar.

Situada en el suroeste de Francia, esta bella localidad portuaria es una de las más importantes de país galo, pues por algo se la considera la perla de la Nueva Aquitania.

Apodada como la “pequeña París”, la UNESCO no ha tardado en darse cuenta de su inmenso patrimonio, adscribiendo su conjunto urbano a la extensa lista de enclaves protegidos y reconocidos por la organización.

Su larga trayectoria histórica, sus emblemáticas y espaciosas calles y sus bellos edificios, hacen de Burdeos un lugar único en el que la persistencia del pasado embellece un presente vanguardista, dotándolo de cierta nostalgia. Una característica que comparten la mayor parte de localidades francesas.

Detalles históricos

Fundada en el s. III a. C. por la tribu gala de los Bituriges Vivisques, Burdigala (nombre con el que era conocida Burdeos por aquel entonces) se asentaba en la desembocadura del Devèze, afluente del río Garona.

Con la llegada del Imperio Romano, la ciudad cayó bajo su dominio en el año sesenta a. C. gracias a su estratégica situación como puerto comercial.

Durante el s. III y bajo la Dinastía Severa, Burdeos se convirtió en la capital de la Galia Aquitana, pero desgraciadamente, a partir del año doscientos setenta y seis, sufrió un largo periodo de oscuridad propiciado por los diversos saqueos que ejecutaron vándalos, visigodos y francos.

No fue hasta finales del s. VI cuando la ciudad empezó a recomponerse, convirtiéndose en sede del condado y archidiócesis del reino de los francos Merovingios; aunque nuevamente cayó en el olvido cuando, un siglo más tarde, el poder real dejó de estar presente en la región sur de la Galia.

Conquistada por Abd er-Rahman, en el año setecientos treinta y dos pasó a formar parte del territorio controlado por los Carolingios, quienes defendieron la desembocadura del Garona del asedio de los vikingos.

A partir de entonces y hasta bien entrado el s. XV, Burdeos emprende una etapa floreciente tras el matrimonio de la duquesa Leonor de Aquitania con el conde Henri de Anjou, quien a los pocos meses de su enlace se convirtió en el rey Enrique II de Inglaterra. Un periodo en el que el comercio del vino se reveló como principal motor económico de la región.

Capital de estado entre los años mil trescientos sesenta y dos y mil trescientos setenta y dos, la localidad cayó tras la batalla de Castillón, en mil cuatrocientos cincuenta y tres.

A inicios del s. XVII, Burdeos pasó a formar parte del Reino de Francia, gobernado por Luis XIV, iniciando la que sería la edad de oro de la ciudad. Años en que su puerto se conviertó en el primero del territorio francés y el segundo del mundo gracias al comercio de los productos manufacturados en las colonias del reino.

Esta riqueza permitió un gran desarrollo urbano, construyendo más de cinco mil edificios y remodelando toda la dársena. Un hecho que no pasó desapercibido entre las personalidades de la época como Víctor Hugo, el barón Haussmann o el mismísimo Napoleón III; quien se inspiró en la ciudad para transformar una París casi medieval.

A finales del s. XIX, la localidad vivió un próspero periodo de industrialización que se mantuvo intacto durante la Primera Guerra Mundial. Etapa que sobrellevó como lugar de paso del ejército americano.

La Segunda Guerra Mundial, en cambio, estuvo marcada por la inestabilidad. Deportaciones; condena de Adrien Marquet, quien fuere su alcalde…

Los tiempos de posguerra fueron duros para Burdeos, al igual que para muchas ciudades europeas. Una herida que cicatrizó con la nueva industrialización acontecida durante los setenta gracias a la ingeniería aeroespacial y a la planta que la automovilística Ford instaló en el municipio.

Actualmente, la ciudad es una importante sede universitaria, con un extenso patrimonio arquitectónico que la sitúan entre los destinos turísticos con mayor potencial.

Imagen histórica de una plaza en Burdeos.

¿Qué ver en Burdeos?

Además de disfrutar de su privilegiado entorno salpicado por multitud de viñedos o navegar por el Garona en catamarán mientras contemplamos las más bellas puestas de sol, Burdeos esconde muchísimos atractivos entre los que no pueden faltar los que os describimos a continuación:

La Catedral de Saint-André

Construida a finales del s. XI, la Catedral de Saint-André ha estado declarada Patrimonio de la Humanidad no solo por su arquitectura. Además, la basílica forma parte del Camino de Santiago.

De alma románica, el denotado estilo gótico angevino que exhibe es visible en su planta en forma de cruz latina de una sola nave de ciento veinticuatro metros de longitud.

Situada en la plaza Pey-Berland, al lado del Palacio Rohan (actual sede del ayuntamiento), la iglesia está considerada como uno de los monumentos más importantes de la ciudad.

En ella destacan la Puerta Real en la que se aprecia una fantástica composición sobre el Juicio Final y sus dos torres con agujas. Una de ellas su campanario, la conocida como Torre Pey-Berland.

Esta fue construida varios siglos más tarde, entre los años mil cuatrocientos cuarenta y mil quinientos, a un lado de la catedral, ya que su estructura no podía soportar el peso de la campana mayor; construyendo una torre únicamente para ella.

Una atalaya que tras doscientos veintinueve escalones nos permite contemplar las mejores vistas de la ciudad y su entorno circundante.

Panorámica de la fachada de la Catedral de Saint-André, Burdeos.
Horario

Catedral

  • Lunes: De 14 a 19 h.
  • Martes-Sábado: De 10 a 12 h. y de 14 a 18 h.
  • Domingos: De 9:30 a 12 h. y de 14 a 18 h.

Torre

Octubre-Mayo

  • Lunes-Domingo: De 10 a 12:30 h. y de 14 a 17:30 h.

Junio-Septiembre

  • Lunes-Domingo: De 10 a 13:15 h. y de 14 a 18 h.
Precio

Catedral

  • Entrada gratuita.

Torre Pey Berland

  • Entrada general: 6 €.
  • Niños > de 18 años: Entrada gratuita.
  • Personas con discapacidad y su acompañante: Entrada gratuita.

Los miércoles y los sábados por la tarde es posible realizar un tour por la Catedral conocido como “Los tesoros de la Catedral”, cuyo precio es de 2 €.

Contacto

El Pont de Pierre

Conocido como el Pont Napoleón, pues fue él quien lo mandó construir en mil ochocientos diez, el Pont de Pierre fue el primer puente en unir las dos orillas del Garona a su paso por la ciudad.

Inaugurado el uno de mayo de mil ochocientos veintidós, esta obra de ingeniería presenta la particularidad de ser hueca y estar constituida por diecisiete arcos (cada uno en representación de las letras que componen el nombre de Napoleón Bonaparte) y sus respectivos pilares ornados con un medallón blanco en honor al gobernador.

Panorámica del Pont de Pierre, Burdeos.

El Gran Teatro de Burdeos

Proyectado en el año mil setecientos ochenta por el arquitecto francés Víctor Louis (conocido por sus intervenciones en el Théâtre Français de París y en los jardines del Palacio Real al norte del Louvre), el Gran Teatro de Burdeos se revela hoy como uno de los más bellos del mundo.

Su excepcional acústica, las columnas de estilo corintio que luce su imponente fachada o las grandes escaleras inspiradas en las de la ópera de París son algunos de los elementos que encumbran la grandeza arquitectónica de este edificio.

En su interior, la rica decoración alegórico-mitológica de la cúpula y la araña de cristal de Bohemia y las cuatrocientas luces que la prenden, provocan un efecto enmudecedor entre los visitantes.

La obra elegida para su inauguración fue “La Fille Mal Gardeé"; una pieza de ballet cómico de las más antiguas e importantes del panorama artístico.

Fachada iluminada del Gran Teatro de Burdeos, Francia.
Horario
  • Martes-Sábado: De 13 a 18:30 h.
Precio
  • Entrada: 10 €.
Contacto

La Iglesia de Saint-Michel “La Flèche”

Con un período de edificación que se inició en el s. XIV y finalizó durante el s. XVI, la Iglesia de Saint-Michel sirvió de aliento para mercaderes y artesanos durante su construcción.

Con el transcurso de la historia, la basílica sufrió varios daños debidos al efecto devastador de la naturaleza. Desperfectos que fueron revertidos tras la restauración que se inició en mil ochocientos sesenta y que le confirió el estilo gótico que podemos admirar hoy.

Del mismo modo que la Catedral de la ciudad, Saint-Michel posee un campanario independiente. Una torre de más de ciento catorce metros de altura que se ha convertido en la más alta del sur de Francia. Lamentablemente, en la actualidad no puede accederse a ella.

Añadir que en su cripta se encontraron algunas momias, las cuales fueron trasladadas al cementerio de Chartreuse en mil novecientos setenta y nueve.

Panorámica de la Iglesia de Saint-Michel, Burdeos.

La Place de la Bourse

Sin duda uno de los mejores lugares en el que poder admirar todo el potencial de la arquitectura clásica francesa del s. XVIII.

Ubicada a orillas del Garona, la Place de la Bourse es uno de los lugares más emblemáticos de Burdeos.

Su construcción se llevó a cabo entre los años mil setecientos treinta y mil setecientos cincuenta y cinco, dando cobijo a algunos de los edificios y monumentos más importantes de la ciudad como; el Palacio de la Bolsa; el antiguo edificio de la Aduana o la fuente de las Tres Gracias.

Además, en el centro de la plaza se encuentra el espectacular Miroir d’Eau (el Espejo de Agua). Una performance de agua sobre placas de granito concebida como una vanguardista fuente, en la que se refleja la belleza de las fachadas adyacentes.

A lo largo de la historia, el enclave ha recibido diversas nomenclaturas, síntoma de la prosperidad de una ciudad con ganas de abrirse al mundo.

¿Una sugerencia? Si tenéis la oportunidad no dudéis en acercaros a la plaza al caer el alba. Las vistas que refleja el Miror d’Eau son de las más especiales que podréis contemplar en vuestro viaje a la perla de la Nueva Aquitania.

Panorámica nocturna de la Place de la Bourse, Burdeos.

La Grosse Cloche (la Puerta de la Gran Campana)

La Puerta de la Gran Campana es uno de los símbolos de la ciudad.

Situada al final de una pequeña callejuela, al lado de la Iglesia de San Eloy, se trata de un antiguo campanario de cuarenta y un metros de altura que el ayuntamiento utilizaba para alertar de incendios o dar comienzo a la época de la vendimia haciendo repicar su campana de más de ocho toneladas.

Como dato curioso, en la cima hay instalada una veleta de cobre dorada en forma de leopardo.

Panorámica de la Puerta de la Grosse Cloche, Burdeos.

La Rue de Sainte-Catherine (Calle de Santa Catarina)

Muy cerquita de la Grosse Cloche encontramos la Rue de Sainte-Catherine. Una avenida de casi un kilómetro y medio totalmente peatonalizada, considerada como una de las calles comerciales más extensas de Europa.

Situada entre las plazas de Burdeos, de la Comedie y la de Victorie, transitar su recorrido es visitar los escaparates más relevantes de la moda internacional.

Construida sobre una antigua vía romana, Sainte-Catherine proporciona un agradable paseo al visitante entre gran variedad de establecimientos con solera como las Galerías Bordelaise, datadas en el año mil ochocientos treinta y cuatro; y numerosas cafeterías donde deleitarse con la delicada pastelería francesa.

Gente paseando por la Rue de Sainte-Catherine, Burdeos.

El Barrio de Saint Pierre

La historia del Barrio Saint-Pierre toma su origen durante la época romana, cuando Burdeos simplemente era un viejo puerto para del Imperio. Pero fue durante el s. XVIII, cuando adquirió verdadero protagonismo pues, tras el derribe de la muralla medieval el lugar se convirtió en un enclave mucho más accesible.

Hoy Saint-Pierre se erige como centro de la vida social de los burdaleses. Antiguas y pintorescas calles al abrigo de históricas arquitecturas que dan cobijo a restaurantes y establecimientos con largo recorrido tras de sí.

Un viaje que nos permitirá retroceder a través de los siglos, conociendo la cara más personal y arraigada de la ciudad; a la vez que disfrutamos del ambiente nocturno.

Calle del Barrio de Saint-Pierre, Burdeos.

El Jardin Public (el Jardín Público)

Rodeado por casas y mansiones señoriales, el Jardin Public se despliega a lo largo y ancho de once hectáreas de diversa naturaleza.

Situado en el corazón del municipio, este hermoso y apacible paraje formado por parterres; senderos; jardines botánicos; zonas de pícnic y de juegos; y hasta un lago, es el lugar ideal al que acudir para relajarse y recomponerse del ajetreado devenir turístico.

Además, el recinto acoge el Museo de Historia Natural y el Teatro de Marionetas Guignol Guérin.

Jardín Público de Burdeos, Francia.

La Cité du Vin (la Ciudad del Vino)

Como no podía ser de otro modo, la considerada como bodega de Francia, debía contar con un espacio dedicado al mundo del vino.

Eso es lo que ofrece la Cité du Vin, el museo de vino más moderno y completo del mundo.

Con un diseño totalmente vanguardista (en forma de decantador), este complejo ha sido concebido como un auténtico parque temático vitivinícola que explora la evolución del vino desde épocas tan pretéritas como el seis mil a. C.

Una visita ineludible para los amantes de la enologia, en la cual disfrutar de proyecciones en tres dimensiones, exposiciones interactivas, objetos vinculados al cultivo y producción de la vid y como no, de la cata de los mejores caldos de Burdeos. Una degustación que podremos realizar desde su espectacular mirador, mientras contemplamos el skyline de la ciudad.

Edificio de la Cité du Vin, Burdeos.
Horario

Enero-Marzo

  • Martes-Domingo: De 10 a 18 h.

Abril-Agosto

  • Lunes-Domingo: De 10 a 19 h.

Septiembre-Diciembre

  • Lunes-Viernes: De 10 a 18 h.
  • Sábado-Domingo: De 10 a 19 h.
Precio

Entrada al Tour Permanente + degustación en el Belvedere

  • Adulto precio completo : 21,00 €.
  • Adulto tarifa reducida: 16,80 €.
  • Niño entre 6 y 17 años: 9,00 €.
  • Tarifa reducida para niños: 7,20 €.
  • Niño > de 6 años: Entrada gratuita.
  • Pack Familia: 2 adultos + 2 niños entre 6 y 17 años: 52,00 €.
  • Niño adicional al paquete familiar: 6,00 €.
Contacto

Lugares en el mapa

¿Cómo llegar?

Disponemos de diversas opciones de acceso a Burdeos, las cuales revelamos a continuación:

En avión

Como toda ciudad de relevancia turística, Burdeos dispone de aeropuerto con conexiones francamente económicas desde algunas de las capitales europeas más destacadas.

El Burdeos-Mérignac se encuentra a once kilómetros al oeste del centro urbano. Cuenta con dos terminales, la más pequeña, conocida como Billi, es donde operan las aerolíneas de bajo coste.
Una vez aterrizados en territorio francés, existen diversas alternativas para llegar hasta destino.

En primer lugar, tenemos el taxi; el cual nos conducirá hasta el centro de la ciudad en unos veinte minutos por unos 30-40 euros.

El autobús lanzadera es mucho más económico aunque el trayecto es algo más largo. Por 8 euros nos conectará con la estación central de trenes en poco más de media hora.

Y finalmente tenemos la opción “low cost”, la línea metropolitana de autobús. Sin duda el medio de transporte más asequible (1,60 euros el billete) pero con un trayecto que se demora casi una hora.

Evidentemente, también podremos alquilar un vehículo desde el mismo aeropuerto, si ese es nuestro deseo.

En coche

Aunque se trata de un viaje de varias horas, lo cierto es que escoger el vehículo particular como medio de transporte siempre tiene sus ventajas; aunque también hay que valorar sus inconvenientes.

Primeramente, hay que señalar que Burdeos mantiene muy buenas conexiones tanto con las principales ciudades francesas como con el territorio español; además de estar rodeada por la carretera de circunvalación más extensa del país.

A partir de estos preceptos, si finalmente decidimos optar por el coche para realizar nuestro viaje, deberemos tener en cuenta que desde la frontera entre España y Francia hay doscientos veinticinco kilómetros de distancia (unas dos horas y media) hasta la ciudad. A lo cual habrá que añadirle el trayecto que hayamos recorrido previamente desde nuestro punto de partida; además de valorar el coste de los peajes que hayamos cruzado y los que nos queden por cruzar.

En tren

La oferta de servicios que proponen las compañías ferroviarias supone una de las formas más cómodas de viajar al país vecino. Además, el tren es el medio que actualmente genera menos emisiones de CO₂; erigiéndose como modelo en cuanto a transporte sostenible.

Otra ventaja que presenta es la situación estratégica de sus estaciones, las cuales suelen ubicarse en pleno corazón de las ciudades.

El único inconveniente, en nuestro caso, es que no existe conexión directa entre las principales capitales españolas y Burdeos; por lo que es necesario realizar trasbordo en ciudades como París, Lyon, Montpellier y desde allí tomar el convoy definitivo.

Para informaros sobre el precio de los billetes, la frecuencia de viajes o directamente adquirir vuestro pase, podéis consultar la web de Renfe-SNCF.

En autobús

Si sois de los que gozáis tanto del trayecto como del tiempo de turismo, el autobús es vuestro medio. A través de compañías como Flixbus, resulta muy sencillo viajar hasta Burdeos de manera asequible.

Puente sobre el río Garona a su paso por Burdeos, Francia.

¿Dónde comer?

Burdeos es una ciudad en la que se le da gran importancia al producto local, de proximidad; respetando lo que la naturaleza nos ofrece cada temporada.

Su gastronomía rescata la esencia de la afamada Nouvelle Cuisine y la transforma manteniendo su carácter refinado, pero descartando lujuriosas elaboraciones que no reverencien la esencia de los alimentos.

Carnes, foie-gras, hortalizas y verduras kilómetro cero, dulces como los canelés y por supuesto los vinos de burdeos, marcan las directrices de los fogones de espacios como el Le 7.

Situado en la séptima planta de la Cité du Vin (el modernísimo museo del vino), este restaurante ofrece una cocina de autor de corte actual, además de contar con la mejor carta de vinos de toda la ciudad. Estaríamos buenos!!

En la zona del Barrio de Chartrons encontramos el Casa Gaïa. Un establecimiento que cumple con todos los preceptos referenciados en líneas anteriores. Productos de cercanía, ingredientes de calidad, destreza en las elaboraciones… Todo ello en uno de los locales más alternativos de Burdeos.

Concluye nuestras propuestas el Berthus, un restaurante que estéticamente nos transporta a la Provenza Francesa. Un espacio rústico y cálido que ofrece platos simplemente deliciosos, llenos de matices y sabores por descubrir.

Canelés, típos dulces de la ciudad de Burdeos, Francia.
Contactos

Le 7 Restaurant

Restaurante Casa Gaïa

Restaurante Berthus

¿Dónde alojarse?

Aunque hospedarse en la ciudad no resulta especialmente asequible, la apertura al turismo que está protagonizando Burdeos en los últimos años ha ampliado exponencialmente la oferta de alojamientos. Hecho que facilita el encontrar una oferta que se adapte a nuestras necesidades.

Entre todos ellos permitirnos sugeriros tres que seguro no os van a defraudar.

El primero de ellos es el Moxy Bordeaux.

Situado en una zona residencial, este fantástico tres estrellas dispone de habitaciones con baño privado, recepción veinticuatro horas y una fantástica terraza donde poder desconectar después de una ajetreada jornada turística; echando, por ejemplo, una partidita en su ping-pong. El Moxy ofrece además un exquisito desayuno bufete y continental, satisfaciendo así el paladar de todos los públicos.

Otro apetecible remanso de paz es el que nos garantiza L'Apparthôtel Particulier Bordeaux.

Ubicado en un elegante edificio del s. XIX, próximo a la catedral de San Andrés, este hotel cuenta con diferentes apartamentos totalmente equipados. Cocina, cafetera, baño privado con artículos de aseo gratuitos… Vamos, nuestro pequeño oasis en el corazón de la ciudad.

Finalmente, os hablamos del Mama Shelter Bordeaux.

Si buscáis un alojamiento diferente y original, este es vuestro lugar.

Concebido por el diseñador industrial francés Philippe Starck, el Mama Shelter es uno de los hospedajes más conocidos de la ciudad, gracias a su espectacular azotea que permite capturar una imagen de la ciudad de trescientos sesenta grados mientras disfrutamos de un cockail o de las exquisiteces que sirven en su restaurante.

Situado justo en el centro de Burdeos, en una zona totalmente peatonal que sin duda garantiza el descanso; este magnífico hotel ofrece habitaciones super confortables que incluyen baño privado.

Habitación de hotel en Burdeos.
Contactos

Hotel Moxy Bordeaux

L'Apparthôtel Particulier Bordeaux

Hotel Mama Shelter Bordeaux

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