Bienvenidos a una de las principales ciudades del sur de Francia. Si lo que buscas es una urbe cosmopolita y dinámica que combina la historia con el espíritu Mediterráneo, este es tu lugar.
Durante la antigüedad no fue un lugar destacado, fue a partir del reinado de Luis XIV cuando comenzó a cobrar notoriedad, ya que fue nombrada capital del Languedoc. Aún hoy en día conserva la esencia de esa época al pasear por sus calles. Actualmente es una ciudad moderna y abierta, en gran parte debido a su gran población de estudiantes.
¡Descúbrela con nosotros en esta pequeña guía sobre que ver en Montpellier!
La Place de la Comédie
Este es lugar ideal para comenzar una visita por Montpellier, ya que es el punto que separa la parte antigua de la nueva. Fue construida en el siglo XVIII y es conocida también como “el huevo” por su forma oval.
Está ubicada en una zona totalmente peatonal, por la que pasear por ella y sus alrededores es más que recomendable. En su centro está situada la Fuente de las Tres Gracias, el lugar perfecto para detenerse a inmortalizar el recuerdo.
En uno de sus laterales podrás ver el edificio de la Opéra Comédie, que es el principal teatro de la ciudad. En sus cercanías podrás encontrar una oficina de turismo en la que informarte de todo lo necesario para visitar la ciudad, por lo tanto, es buen sitio para empezar tu visita a Montpellier.
Así mismo, es un lugar ideal para tomar algo en alguna de sus numerosas terrazas ya que estás en el corazón de la ciudad.
Centro histórico L’Écusson
El casco antiguo es una de las cosas que debes ver en Montpellier de forma "obligada". Sin duda recordarás el perderte por sus estrechas y desestructuradas calles. Edificios con siglos de antigüedad y calles pavimentadas con mármol blanco son sus señas de identidad, Ancien Courrier o la de Trésoriers de la Bourse son algunas de las más conocidas.
Arco del Triunfo
Fue construido al más puro estilo parisino durante el siglo XVII en honor al Rey Luis XIV. Está situado en la entrada de la ciudad vieja y tiene una altura de 15 metros. Junto a él está situado el emblemático edificio del Palacio de Justicia.
Plaza de los Mártires
Este es uno de los lugares altamente recomendables si tu intención es comer algo, ya que en ella se ubican numerosos restaurantes. El edificio más destacable es el de La Prefécture que data de 1870.
La calle Foch es una de las arterias principales de Montpellier y une esta plaza con el Arco del Triunfo, el paseo entre ambas está lleno de edificios clásicos y elegantes, tan característicos de la ciudad.
La Catedral de Saint Pierre
Como toda gran ciudad europea que se precie, Montpellier también tiene su catedral.
De estilo gótico, si hay algo que llama la atención son los dos imponentes pilares situados a la entrada. Fue reconstruida en el siglo XVII debido a los daños causados durante la guerra y fue el único monumento religioso que sobrevivió a los conflictos religiosos de la Reforma y la Contra reforma. Se encuentra anexada a la Facultad de Medicina de Montpellier, que es la más antigua de Europa.
Acueducto de San Clemente
Este acueducto fue construido en 1754 por el ingeniero Henri Pilot de Launay y facilitaba que el agua potable llegase a la población de la ciudad. Actualmente solo se conservan unos 800 metros de sus 14 kilómetros originales de extensión, pero sin duda lo que te llamará la atención, a parte de lo imponente de la construcción, son las increíbles vistas a la ciudad que podrás divisar desde él. Destacamos también el Paseo o Promenade de Peyrou que conduce a este monumento.
Château d’eau
No nos creerás si te decimos que este monumento fue planificado como una antigua cisterna para almacenar agua para el acueducto. Esta construcción llama la atención por sus imponentes columnas corintias y actualmente es un mirador ideal para contemplar las puestas de sol.
Museo Fabre
Una de las más importantes colecciones de arte de toda Francia, exceptuando París, se encuentra aquí, en Montpellier. En su interior se exponen más de 900 obras de artistas tan renombrados como Delacroix o Monet, así como exposiciones de arte griego y artistas de todas las épocas.
Es una visita imprescindible te guste o no el arte.
Disfruta de la Gastronomía de Montpellier
Montpellier está situado en la región de Occitania, una de las regiones vinícolas más importantes del mundo. Si viajas en verano y tu intención es comprar vino te recomendamos acercarte a la explanada Charles de Gaule, donde cada Viernes los productores locales se acercan a vender sus productos.
La gastronomía de Montpellier es Mediterránea, pero con claras influencias de la gastronomía Atlántica, como elmarisco o los variados platos de pescado.
La zona de la Iglesia de Saint Roch y el barrio de Écusson son dos buenas zonas paran degustar los platos de la zona, entre ellos el Cassoulet, el aligot o sus carnes a la brasa.
¿Qué ver en Montpellier alrededores?
Aigues-Mortes
A 30 km de la ciudad se ubica esta particular laguna de color rosa. Similar a las que puedas encontrar en Australia o México, debe su color a las algas microscópicas que habitan en su interior combinadas con su alta concentración en sal. Hacerte un book de fotos en este peculiar lugar es una de las cosas que no te debes perder en Montpellier.
En la misma localidad hay una fortaleza que puedes visitar por unos 8€.
Sète
Situado también a unos 30 km, se encuentra la también llamada Venecia de Languedoc. Lugar único por sus puertos, canales y el colorido de sus edificios, no te dejará indiferente.
Fue el primer puerto pesquero del Mediterráneo y fue creado por Luis XIV, sobra decir que si eres un sibarita de los productos del mar, este es un lugar ideal.
El Canal Real es uno de los principales y está flanqueado por numerosos restaurantes, también es un buen sitio para tomar una barca de paseo.
Saint-Guilhem-le-Désert
A unos 40 km de Montpellier se encuentra este pueblo declarado Patrimonio de La Humanidad por la Unesco. Está situado en el Camino de Santiago y cada año atrae multitud de peregrinos.
Está considerado una joya del Arte Románico y se ha desarrollado en torno a su monumento más famoso, la Abadía de Gellone. La población conserva a lo largo de sus intrincadas calles todo su aire medieval y es una visita más que recomendable no sólo por la población en sí, sino también por el camino que conduce a él a través de las Gargantas del Herault.
