Panorama del Loira en Amboise

El Valle del Loira: De Sully a Chenonceaux (Ruta 1)

A lo largo de la historia de la humanidad los ríos han sido la columna vertebral de las civilizaciones que se han formado. El Tigris y el Eufrates en Mesopotamia, el Nilo en Egipto o el Danubio a lo largo de Europa son ejemplos obvios que nos vienen a la mente. Son ejemplos claros de relación que las comunidades tienes con los ríos y como estos suponen nuestro sustento y vía de comunicación con otros grupos de personas que configuran sus localidades alrededor. En la ruta que os proponemos a continuación, enlazaremos el río Loira con la historia de Francia y Europa en los periodos medieval y moderno.

El Valle del Loira, o por su nombre original Val de Loire, es un territorio de casi 300 kilómetros en los que hubo una gran cultura de castillos y palacios. Este hecho, favorecido por la riqueza de los cultivos de la zona y las comunicaciones por sus aguas, llevó a que diversos personajes y enclaves históricos se pudieran relacionar con él. Esto le otorga una mística que entenderemos a través de 5 paradas dentro de la primera mitad del recorrido que se consideró Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en el año 2000 (de Sully-sur-Loire a Chenonceaux).

1a Parada: El castillo fuerte del Duque de Sully (Sully-sur-Loire)

A 180 kilómetros al sur de París se encuentra el inicio de nuestro recorrido en la comuna de Sully-sur-Loire. En ella nos encontraremos la que fue la residencia palaciega de los Señores de Sully desde que se tiene conocimiento de su construcción en el siglo XIV hasta su venta al Consejo Local del Loira en 1962. Nos referimos al Château de Sully-sur-Loire. Eso sí, la presencia de esta familia como propietaria de este terreno se remonta a 1102, cuando habría registro de un Castrum Soliacense que constaría de un edificio de notable envergadura y tierras en propiedad.

Vista nocturna de Sully-sur-Loire al lado del río.

El edificio que vemos actualmente en pié fue diseñado por Raymond du Temple en el último tercio del siglo XIV y fundado por el que era el marido de Marie de Sully, Guy de la Trémoille en 1395-6. A partir de ese momento, el castillo pensado como defensa de ese punto estratégico del río Loira se convertiría en escenario de varios encuentros históricos, como el de Carlos VII y Juana de Arco en 1429 y 1430, o en la residencia de los que serían consejeros de la dinastía real en ese momento de cambio entre el mundo medieval y el moderno. Entre todos ellos destacaría a Maximilien de Béthune, que se convertiría en el ministro principal del rey Enrique IV de Francia.

El recinto consta del propio castillo, de un edificio más pequeño llamado el Petit Chateau hecho en 1377 y reformado por Marie en 1401, las Torres de Artillería y Béthune y un hermoso jardín de 25 hectáreas. Tras los desperfectos por el paso de los siglos, guerras y la Revolución Francesa, sus diferentes construcciones se han ido restaurando desde el siglo XIX hasta la actualidad, quedando en algunas de ellas piezas de arte heredadas del linaje Sully. Entre todas ellas destacaremos los tapices ricamente decorados que antiguamente se usaban para mantener el calor de las amplias y en ocasiones gélidas cámaras.

Recomendaciones para llegar

Si nos encontramos en París, la mejor alternativa para llegar a Sully-sur-Loire es tomar la autopista A-10 para ahorrarnos los peajes o, por el contrario, la A6 o A77 si queremos ir algo más rápido y no nos importa pagar por el trayecto. La otra ciudad importante cercana es Orleans, se comunica por las carreteras D951, D14, D2060 (la más recomendable) y D107.

Precios
  • Adultos +18 años: 11 euros
  • Estudiantes hasta 26 años y niños de 6 a 17 años: 6 euros
  • Menores de 6 años: Gratuito
Horarios
  • Martes a viernes: 13:30 a 17:30
  • Sábados y domingos: 10:00 a 12:00 y 13:30 a 17:30
  • Lunes: Cerrado
Contacto

2a Parada: El resurgir de Orléans

Tras la guerra de los 100 años (1337-1453), Orleans fue una de las ciudades que resurgió con más fuerza a nivel económico y cultural beneficiada por su situación privilegiada en el río Loira. Entonces, para continuar con nuestra ruta priorizaremos ver la faceta de la ciudad que nos hable de ese interesante resurgimiento. Para ello, nos dirigiremos al principal templo de la ciudad, la Catedral de Sainte-Croix d’Orléans, la cuál tiene su lejano origen en 1328 pero tuvo que ser reconstruida entre los siglos XVII y XIX tras el gran deterioro que sufrió en 1568 durante las guerras religiosas en el país.

Otro edificio histórico que merece la pena visitar es el Hôtel Groslot, muy cercano a la catedral de Sainte-Croix. Esta residencia privada construida entre 1549 y 1558, sirvió como alojamiento de varias figuras reales hasta que se convirtió en edificio público tras la Revolución Francesa. Su decoración interior es de mediados del siglo XIX, cuando sería restaurado por el arquitecto Albert Delton usando un estilo gótico trovadoresco. También resalta una estatua de Juana de Arco realizada por la princesa María de Orléans. Si estáis interesados en visitarlo, está abierto de octubre a junio.

En definitiva, durante el resurgimiento de la ciudad de Orleans esta fue un lugar de paso y hospedaje de muchos personajes clave que, recorriendo la valle del Loira, buscarían un sitio ideal para poder ubicar sus castillos y palacios. Su influencia y poder tendría tal escalada con el tiempo que con la llegada de la familia ducal de Orléans al reinado de Francia (y sobretodo con la figura del rey Luís XV) harían que una ciudad junto al río Mississippi, que en aquel momento era territorio francés en el Nuevo Mundo, tomase el nombre de Nueva Orléans en 1718.

Recomendaciones para llegar

Se comunica por las carreteras D951, D14, D2060 (la más recomendable) y D107.

Direcciones
  • Dirección de la Catedral de Sainte-Croix: Pl. Sainte-Croix, 45000 Orléans, Francia
  • Dirección del Hôtel Groslot: Pl. de l'Étape 2, 45000 Orléans, Francia

3a Parada: Cambio de tiempos en el imponente Chambord

Si seguimos el recorrido del Loira hacia el oeste y nos desviamos hacia un afluente del mismo llamado Cosson nos podemos encontrar ante, no sólo uno de los castillos más espectaculares del valle, sino del mundo. El Château de Chambord es una construcción clave para entender el paso del mundo Gótico al del Renacimiento, ya que en su periodo de construcción (1517-1547) buena parte de Europa estaba pasando de las viejas formas medievales a el arte de la nueva era y, en tierras francesas, esa transformación fue mucho más sutil.

Las formas palaciegas renacentistas se mezclan con los techos con punta de aguja en sus torreones, muy típico del concepto clásico del Gótico que tenemos en la actualidad (aunque no es la realidad absoluta de su arquitectura). Y es que su diseño es tema de debate incluso en la actualidad y, sobre todo, quién es el arquitecto que lo creó. La pregunta es ¿a quien comisionó el rey Francisco I para que lo crease? Las teorías hablan de artistas como Domenico da Cortona o del mismísimo Leonardo da Vinci, aunque se tiende a inclinar la balanza por el primero con las posteriores contribuciones de Jules Hardouin-Mansart, Pierre Nepveu y Michel Ranjart.

Cuando estaba a punto de ser completado, Francisco I le enseñó el castillo/palacio a su rival, el emperador Carlos V (Emperador del Sacro Imperio Germánico, Rey de España y Archiduque de Austria). En esta ocasión el rey francés se apuntó una victoria psicológica frente al emperador y una construcción que influenciaría a otros castillos palaciegos posteriores, sobre todo en el renacer del estilo gótico en el siglo XIX en tierras germánicas e inglesas: Castillo de Schwerin (Alemania), Waddesdon Manor (Inglaterra).

Recomendaciones para llegar

Si seguimos la ruta desde Orléans, la mejor carretera para llegar al castillo y seguir el trayecto del Loira sin necesidad de peajes es la D951.

Precios
  • Precio regular: 14,5 euros
  • Precio reducido para personas de 18 a 25 años no residentes de la Unión Europea: 12 euros
  • Menores de 18 años, residentes de la Unión Europea de 18 a 25 años y personas con minusvalías: Gratis
Contacto

4a Parada: Accidentes, complots y genios creativos en Amboise

Navegar por el Loira en dirección a su aún lejana desembocadura nos lleva a transitar por la hermosa población de Amboise, que es como aquellos frascos pequeños pero que contienen mucha esencia o, en este caso, mucha historia. Y es que uno de los edificios más llamativos desde la perspectiva del río es el fortificado Château d’Amboise, que alza su palacio por encima de la enorme muralla defensiva. Pero para llegar a él debemos volver a tierra o aparcar el coche y antes explorar las bellas calles de esta pequeña ciudad, con sus edificios de muros entramados con madera y tejados a dos aguas.

Al alcanzar el castillo y mirar todo el paisaje a nuestro alrededor es sencillo entender porqué al Valle del Loira se le cataloga como el jardín de Francia. Toda la arboleda verde que inunda los alrededores de la ciudad y el islote central que tiene en el río, unido a los jardines que nos conducen al palacio, son de una gran belleza visual. Pero si centramos nuestros esfuerzos en contemplar los edificios del recinto, podemos adentrarnos al palacio (pagando evidentemente su precio de entrada) y ver sus salas de estilo gótico tardío, las cuales han sido restauradas con sencillez y buen gusto. Por ejemplo las salas del copero o del consejo, que conservan tapices y relieves de ese periodo de transición entre lo medieval y lo moderno.

Igualmente, tanto este palacio como la población de Amboise han vivido anécdotas históricas de todo tipo, yendo desde lo accidental hasta lo memorable. Por ejemplo, entre las salas de palacio fallecería accidentalmente el rey Carlos VIII en 1498, cuando al volver de un partido de tenis real se resintió de el golpe que se había dado en el dintel de una puerta de palacio unas horas antes, llevándolo a caer en un coma del que ya no despertaría. O otro importante acontecimiento se daría cuando el Príncipe de Condé (Luís I de Borbón) y Catalina de Medici hicieron una conspiración junto al grupo religioso protestante de los Hugonotes para capturar al joven rey Francisco II en 1560 y forzar un cambio en las políticas de sus administradores, el Duque de Guisa y el Cardenal de Lorraine.

Pero si tenemos que hacer referencia a un relato más agradable y que le otorga una gran mística a Amboise, fue uno de sus más ilustres ciudadanos. Y es que entre 1516 y 1519 (año de su muerte), Leonardo da Vinci vivió en esta población por invitación del rey Francisco I. Su residencia fue el Château de Clos Lucé, que queda a unos meros 500 metros del palacio real y que fue construido en 1471 por el alguacil del Amboise, Etienne Le Loup. Esta residencia contiene trazas de estilo Gótico Flamígero y Renacimiento que le dan un toque muy pintoresco, si a esto le sumamos que se han conservado muy restauradas las cámaras de sus habitantes más ilustres como el propio Da Vinci (a parte de recreaciones de sus inventos) o Margarita de Navarra, pues le añade más fuerza a nuestra curiosidad por adentrarnos en ella.

Tras la muerte del ilustre artista sus restos se enterraron en la Capilla Gótica de Saint Hubert dentro del propio espacio fortificado del Château d’Ambrose. Pero dejamos espacio para cerrar nuestra visita a Amboise con uno de los edificios más particulares de todo el recorrido del Valle del Loira, la Pagoda de Chanteloup. Esta torre que estaba situada dentro de los jardines del antiguo Châteaux de Chanteloup y, aunque se habla de que tendría influencia de lo que se conoce como pagodas en oriente, su estilo está muy occidentalizado y relacionado con el diseño de planta central de edificios del Renacimiento como San Pietro in Montorio de Bramante, con algunos detalles orientales.

Evidentemente, también son dignos de mención los jardines que rodean a la pagoda, son la reminiscencia clara de parte del espacio que ocupaba los designios del Château de Chanteloup y con una gran relación con el concepto palaciego y de jardines que hay en Versailles. Desafortunadamente, en la actualidad solo se puede conocer el aspecto que tenía todo el recinto a través de las pinturas decorativas de una caja para guardar tabaco creada en 1767 por el artista Louis Nicolas van Blarenberghe y que se conserva en el Museo de Arte Metropolitano de Nueva York.

Recomendaciones para llegar

Desde Orléans a Amboise hay la alternativa de la autopista A10 que es la más rápida para llegar, aunque tiene peajes de por medio. Mucho más lenta es la alternativa de la carretera D15, que nos ahorra los peajes pero supone unos 40 minutos más de viaje.

Información de interés
  • Web con todos los precios del Château de Amboise: https://www.chateau-amboise.com/es/page-informations-pratiques
  • Dirección del Château de Amboise: Mnt. de l'Emir Abd el Kader, 37400 Amboise, Francia
  • Precio de Clos-Lucé: 18 euros (precio base), 12,5 - 16 euros (margen de precios con descuento)
  • Dirección de Clos-Lucé: Rue du Clos Lucé 2, 37400 Amboise, Francia
  • Precio acceso parque Chanteloup/Pagoda: 10,5 euros (precio base), 7 - 9,5 euros (margen de precios con descuento)

5a parada: La galería sobre el río Cher (Chenonceaux)

Cerramos este recorrido desviándonos un poco del río Loira y bajando a uno de sus afluentes, el río Cher. En este nos encontramos uno de los castillos palatinos más peculiares y bellos de esta ruta, el castillo de Chenonceau. Esta construcción, situada en la población de Chenonceaux, tiene la particularidad de estar hecha sobre el propio río como si estuviera sustentada por un puente. Sus jardines están ubicados en plataformas laterales entre las cuales también fluye el agua del Cher. Sin duda, cuando el conjunto es apreciado desde el aire se puede entender la espectacularidad del mismo.

La construcción de este castillo se expandió en diferentes fases desde 1514 a 1576 y, al igual que muchos otros edificios que hemos tratado, vive en esa frontera entre el gusto gótico y las nuevas tendencias renacentistas. Sus diferentes salas tienen el evidente encanto palaciego del Renacimiento francés, pero luego nos ofrece detalles de gótico en la capilla o los acabados exteriores. Además tenemos los hermosos jardines en los que pasearon personalidades como el rey Francisco I, Caterina de Medici o Louise de Lorraine, mujer del rey Enrique III. Tanto el jardín laberinto como el de Caterina de Medici muestran esa faceta ordenada y mental que se espera de cualquier distribución de espacios del Renacimiento.

Recomendaciones para llegar

La distancia entre Amboise y Chenonceau es muy corta, si se toma la carretera D81, se puede llegar en unos 20 minutos. Acceso al parque y al castillo llegando al final de la Rue du Château

Precios
  • Adultos con folleto informativo: 15€
  • Adultos con audioguía: 19€
  • Estudiantes entre 18 y 27 años con folleto: 12€
  • Estudiantes entre 18 y 27 años con audioguía: 15,50€
  • Niños de 7 a 18 años con folleto informativo: 12€
  • Niños de 7 a 18 años con audioguía: 15,50€
  • Menores de 7 años: Gratis
  • Grupos de más de 20 personas con folleto: 12€
  • Grupos de más de 20 personas con audioguía: 15,50€
  • Personas con discapacidad: Gratis (acompañante 12€)
Contacto

Teléfono: +33 0820 20 90 90
Mail: info@chenonceau.com

Web: chenonceau.com

Dirección: 37150 Chenonceaux, Francia (ver en Google Maps)

Horario

El horario varia según la época. Lo puedes verificar en la web oficial.

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