¿Qué ver en Blois?: Dos rutas de belleza y legado en el Loira para visitar Blois en uno o dos días

A una hora en coche desde Orléans, siguiendo el transcurso del río Loira hacia el oeste, se encuentra Blois. Esta población de origen prerromano es un interesante punto cultural y turístico dentro de un entorno del que ya hemos hablado anteriormente. Su valor como urbe se viene construyendo desde el siglo IX, cuando esta se convertiría en la capital de su propio condado. Esa categoría ha ido fluctuando a lo largo de los siglos, cambiando la terminología del territorio al que pertenece. Eso se concreta en el hecho de que actualmente Blois es la capital del departamento de Loir-et-Cher en la Región de Centre-Val de Loire.

Contexto histórico

Entre 1498 y 1539 Blois fue la residencia principal de los reyes de Francia, manteniendo un estatus relevante durante el resto del siglo XVI. Pero las guerras de religión en Francia durante ese periodo y el traslado progresivo de la corte real a París y Fontainebleau le fueron quitando protagonismo. Durante el siglo XVII, la villa serviría de refugio para familiares exiliados de la familia real y anexionaría la población de Vienne (al otro lado del río) a sus dominios. Finalmente, desde 1697 Blois ha ido poco a poco recuperando su brillo, consiguiendo ser capital de su propia diócesis y departamento, modernizándose pero conservando su legado histórico.

Es ese legado es el que pretendemos visitar con dos propuestas de ruta que pueden servir para disfrutar de un agradable fin de semana. Castillos, iglesias, jardines o museos formarán parte de nuestro trayecto, el cuál está pensado para realizarse a pié ya que sus recorridos no llegan a los 2 km. Eso nos ofrece la posibilidad de hacer un turismo más relajado por el centro histórico, ver lo esencial y tener la posibilidad de improvisar visitando otras zonas de la ciudad si nos ha sobrado tiempo.

El clima de Blois

Las temperaturas por esta zona de Francia rondan entre los 4 y los 25ºC, siendo estas de promedio templadas y con su punto más agradable entre junio y septiembre. Eso sí, recomendamos llevar paraguas, ya que la mayoría del año el ambiente puede ser nublado y húmedo. En este link podéis ver un estudio climatológico completo de la ciudad.

Ruta 1: De Saint-Nicolas a Saint-Saturnin

Inicio en Saint-Nicolas

Nuestro punto de inicio lo situamos en la Iglesia de Saint-Nicolas, en la Rue de Saint-Laumer. Este templo gótico construido en el siglo XII y su abadía han sido centro de peregrinaje de numerosos fieles a lo largo de los siglos debido a sus reliquias. Su interior es de una gran belleza y conserva todas las columnas, cristaleras y techos que representan la complejidad estructural de la época. Las esculturas del Sagrado Corazón, la Capilla de la Virgen y los altares de la iglesia, tienen un gran atractivo para los amantes del arte. Su sofisticación y variedad de estilos enriquecen una visita que ya era recomendable sólo por lo arquitectónico.

Hacia el Château de Blois

Para seguir la ruta, debemos tomar el pequeño callejón llamado Deg Saint-Laumer, el cual desemboca en la Rue de Trois Marchands (perpendicular) y en el inicio de la Rue des Fossés du Château (sigue hacia el norte). Esta última es la que debemos tomar y seguir, rodeando la imponente muralla del Château de Blois. La circunvalación nos llevará a la Plaza Victor Hugo, donde debemos tomar el camino que asciende por la derecha para llegar a la plaza donde está el acceso. A nuestra izquierda, mientras ascendemos, podemos ver los hermosos jardines de Augustin Thierry, los cuales son los protagonistas de la plaza junto a la iglesia de Saint-Vincent-de-Paul.

Este templo contrarreformista construido entre 1625 y 1660 por Étienne Martellange, buscaba preservar la influencia católica en una época de conflicto con el protestantismo. Su fachada y su interior evocan al clasicismo barroco que se estaba elaborando en Italia por entonces. La belleza de este paraje del lado zurdo se mira cara a cara con la imponente fachada lateral del castillo en nuestra parte diestra. Probablemente esta perspectiva sea la más imponente que nos puede ofrecer esta construcción respecto a toda la trama urbana que le rodea. Esto nos sirve de preludio mientras vamos subiendo la Rue de la Voûte du Château para llegar a la plaza donde tendremos el acceso.

Curiosamente, la entrada al Château de Blois resulta un tanto más discreta que la vista desde la Plaza Victor Hugo, pero las ventajas de su interior son lo que le otorgan el atractivo. Entre ellas, tenemos todo el recinto con la ala y la capilla de Luis XII de entrada, con las fachadas de color rosado y la ala de Francisco I con su espectacular escalera en espiral frente a nosotros. Todo este conjunto sirve de hogar del actual Museo de Bellas Artes de Blois, en el que se conserva una muy notable colección de pinturas, esculturas y utensilios muy destacables. Además, a través del museo se inician muchas de las campañas de restauración de los monumentos de la ciudad.

Si hablamos brevemente de la historia del edificio, sus orígenes son en la Antigüedad Tardía con el nombre de Blisum Castrum y realmente se tiene documentación de él a partir del año 854, tras un ataque vikingo. El aspecto que vemos actualmente del château es el que se logró con las obras promovidas por Luis XII y Francisco I durante el siglo XVI y que están a caballo entre el final de la era gótica y los inicios del Renacimiento. En el esfuerzo por traer las influencias renacentistas italianas por parte de Francisco I, se hizo la antes nombrada escalera espiral que serviría de influencia para la que se haría años después en el Castillo de Chambord.

Algunas actividades de interés

Visitando la Maison de la Magie Robert-Houdin

Si volvemos a salir a la plaza del château y la cruzamos hasta el otro lado, tenemos el siguiente punto de nuestra ruta, la Maison de la Magie Robert-Houdin. Este museo está dedicado a la magia y el ilusionismo, centrándose en la vida del mago Robert Houdin (Blois, 1805-1871). Su exposición es de las más importantes de Europa en su materia y más siendo de carácter permanente. Las visitas guiadas están realizadas por ilusionistas que ayudan a explicar, ambientar y mostrar trucos para acompañar de manera divertida y sorprendente su contenido.

Paseo entre exposiciones y museos

Volviendo a nuestro recorrido, tomamos el callejón que hay a la izquierda del Château de Blois, llamado Petits Degrés du Château. Este, es una escalera de bajada que nos lleva a la Plaza Etienne Gaudet y al inicio de la Rue des Jacobins. Esta última es la que debemos tomar e ir descendiendo en ella dirección al río para encontrarnos con tres sitios de interés que pueden satisfacer gustos muy diversos. En la dirección a la que estamos descendiendo tenemos en la acera izquierda la House of Comics o Maison de la BD, una exposición y centro de promoción del mundo del cómic. Además a finales de noviembre se organizan por parte de esta entidad exhibiciones a lo largo de la ciudad llamados bd BOUM.

Si miramos en la otra acera, tenemos el Museo de Historia Natural y el Museo Diocesano de Arte Religioso justo delante. En total tres alternativas culturales bastante interesantes para ir tras la hora de comer y que están pensadas para perfiles de público muy diferente, pero que añaden mucho atractivo para aquellos capaces de disfrutar de todos ellos. Pero aún nos queda un último paseo bordeando el río y que nos llevará a explorar su otra orilla, el barrio anexionado de Vienne. Pero antes vamos a tener que bajar la Rue des Jacobins hasta llegar a la vía que bordea el río, Quai de l’Abbé Grégoire. Esta calle la tomaremos hacia la izquierda en dirección al Puente Jacques Gabriel.

Llegando al final

El tramo de calle antes de llegar al puente, tiene restaurantes y cafeterías para poder reposar y tomar algo antes de abordar el último tramo de nuestra ruta. Desde este punto en el que vemos el puente, podemos apreciar una construcción que sustituyó a la antigua construcción medieval que colapsó en 1716. Su arquitecto es el que le otorga el nombre al mismo, siendo un encargo del duque Philippe de Orleans y lográndose completar en 1724. Su presencia marca de manera simbólica la manera como la ciudad se fue modernizando a partir del siglo XVIII y reafirmando su unión con la zona de Vienne, la cuál aloja nuestro último destino.

Si miramos ya desde el puente hacia Vienne y ponemos por un momento nuestros ojos hacía la izquierda, tenemos el astillero de La Creusille. Este emplazamiento siglos atrás era el puerto comercial de la ciudad por donde llegaban las mercancías, pero con la llegada del ferrocarril en el siglo XIX, su función fué variando. Si en cambio ahora ponemos nuestra visión hacia la derecha, veremos como entre los edificios de Vienne se asoma el campanario de la iglesia de Saint-Saturnin de Blois, punto de destino de nuestra ruta del primer día.

Este templo del siglo XVI, igual que Saint-Nicolas, fue un centro de peregrinaje bastante importante ya que pertenecía a la ruta del Camino de Santiago que llega desde territorio francés. Paralelamente, el santo al que iba dedicado el edificio fue cambiando ya que en la construcción que había originalmente del siglo XIV se le hacía llamar Saint-Saturnin, pero a lo largo de ese mismo siglo se cambió su dedicación primero a Saint-Germain y luego a Saint-Cerny. Para cuando el edificio se renovó en la época renacentista, se volvió a la devoción de su santo original.

Para llegar a él desde el puente debemos girar a la derecha por la calle Quai Villebois Mareuil y tomar la calle Munier a la izquierda. Al seguir esta nos llevará a la entrada de Saint-Saturnin la cual se nos presenta con una estética aún bastante gótica con sus acabados afilados y sus arbotantes laterales. El interior del edificio sigue esa tendencia estética pero presenta un estado más magullado por el paso del tiempo, sobretodo en la pintura que recubre las fachadas. En cambio si vamos al presbiterio y claustro que queda justo delante de la iglesia, todas las piezas que nos muestran en su museo de lapidaria son más interesantes por su relevancia arqueológica.

Mapa de la Ruta 1

Ruta 2: Del Hôtel Alluye a Notre Dame de la Trinité

Inicio en Hôtel d’Alluye

Planteamos nuestra segunda ruta como una actividad más ligera en el último día que pasamos en la ciudad. Si bien esa puede no ser la realidad de los que visitéis Blois y tenéis más o menos días, lo esencial era ofrecer un día completo de visitas más relevantes y otro en el que hacer un paseo tranquilo por algunos rincones pintorescos de la ciudad. Para ello, nos situaremos en la Rue Saint-Honoré por el extremo que conecta con la Rue Prte Chartraine. Al poco de avanzar por esta calle, concretamente en el número 8 veremos el Hôtel d’Alluye, una casa señorial gótico-renacentista de la que se conserva la parte de fachada que podemos ver y el patio interior.

En su máxima extensión en 1643, este hôtel particulier alcanzaba Prt Chartraine por el lateral y la calle Beauvoir por detrás. Desafortunadamente, por las demoliciones que fue sufriendo durante el siglo XIX de varias de sus alas, no podemos tener una imagen completa de sus dimensiones. Igualmente lo que queda de él fue declarado monumento histórico en Francia en 1929, aunque desafortunadamente no es un edificio con muchas oportunidades de ser visto en su interior. Por esa razón, seguiremos nuestro camino por Saint-Honoré disfrutando del ambiente que ofrece esta calle o girándonos a mirar a la derecha cuando crucemos por al lado de la escalinata de la Rue Denis Papin para ver las vistas.

Camino a la Catedral de Saint-Louis

Esta vía sufre un par de cambios de nombre hasta que llegamos a nuestro siguiente destino, pero al ser un camino recto no tiene pérdida. Sabremos perfectamente que hemos llegado a nuestra parada cuando ante nosotros se alce la Catedral de Saint-Louis, templo tardogótico que representa la sede de la Diócesis de Blois. Su construcción que se alargó por más de siglo y medio podemos considerarla una rara avis en la que por decisiones estilísticas iniciales, se estaría trabajando en formas góticas durante el siglo XVII. Esa realidad es bastante llamativa ya que la Europa de esos tiempos ya no sólo había transitado por el Renacimiento, sino que estaba viviendo el auge del periodo Barroco.

Pero dejando de lado estas particularidades, el templo rezuma belleza tanto por el exterior como su interior, en el que vemos todos los elementos clave de la arquitectura del gótico: bóvedas de crucería, espectaculares cristaleras policromadas y una nave central amplia con sus arcos apuntados. Pero un elemento más en Saint-Louis nos puede resultar muy atractivo, la Cripta de Sainte-Solenne donde en el año 1927 se descubrieron los vestigios de un templo carolingio (siglo X). Relacionado con esto y como curiosidad, esta catedral estaba dedicada a la santa que da nombre a esta cripta, donde se guardaban las reliquias de este personaje religioso. El edificio se consideró monumento histórico en 1906.

Plaza y jardines

Tras la catedral, cruzando la verja que hay en su lateral izquierdo, se encuentra la Plaza del Ayuntamiento de Blois y el edificio construido a principios del siglo XVIII. En principio su función era ser sede del obispado de Blois, pero en 1940 cambiaría sus funciones para convertirse en Hôtel de la Ville (Casa de la Vila). En su lateral izquierdo, de nuevo cruzando una verja, nos encontramos con los Jardines de l’Évêché, un hermoso parque que nos permite tener una panorámica espectacular de la ciudad. Eso sí, debemos tener en cuenta que su acceso está limitado desde las 11 a las 18’30h, aunque la entrada es gratuita.

Llegando a destino: Basílica de Notre-Dame-de-la-Trinité

Tras esta visita al parque nos dirigiremos al que es el último destino de esta segunda ruta. Para ello deberemos salir de nuevo hasta la calle por la que hemos encontrado la Catedral de Blois, llamada en este punto Rue Prte Clos Haut. Iremos siguiendo la misma durante unos 800 metros y veremos que varía sus nombres: primero Rue du Haut Bourg y luego Rue Monin. Fácilmente nos vamos a percatar de cuando lleguemos a nuestro destino, ya que lo que a lo lejos puede parecer un edificio muy industrial y frío, resulta ser la Basílica de Notre-Dame-de-la-Trinité.

En esta construcción de los años 30 del siglo XX podemos ver el nuevo concepto de construcciones religiosas en un período altamente industrializado y de entreguerras. Los arquitectos Besnard, Rouvière y Froidevaux mezclaron grandeza de tamaño y sobriedad de acabados, de tal manera que uno se pregunta si en su interior se predica el cristianismo o se fabrica en una línea de producción. Pero afortunadamente en su interior, se logra una conexión mucho más emocional con el visitante, ya que los efectos de luz y color de las cristaleras y las pinturas van más acorde a la espiritualidad que se pretende transmitir.

Mapa de la Ruta 2

Propuestas alternativas por la zona

Recomendaciones de hoteles en Blois

Hay varios hoteles céntricos en Blois que son una buena alternativa ya que se sitúan muy cerca de las rutas que os hemos propuesto. Su categoría y precio es variable, pero nos hemos asegurado de que combinan cercanía y una buena reputación con el objetivo de que vuestra experiencia en la ciudad sea agradable.

Mapa con atractivos turísticos de Blois

Actividades recomendadas en Blois

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