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Los doce pueblos más bellos de la Costa Amalfitana

Numerosos son los pueblos y villas que salpican de color las playas, golfos y bahías de la exultante Costa Amalfitana. De norte a sur o de sur a norte, el orden de su visita no altera la fantástica experiencia que nos ofrece el viaje a esta región.

A partir de esta premisa, os proponemos recorrer los doce pueblos con más encanto de la “costiera”, conscientes de que cualquier pequeño enclave a orillas del Tirreno, es capaz de eclipsar por su luz y belleza y seducir el alma de aquel que lo recorre.

Los pueblos de la Costa Amalfitana, piden ser descubiertos sin prisas, a nuestro ritmo, disfrutando del “dolce far niente”; ese placer de no hacer nada tan arraigado en el espíritu italiano.

Nosotros os proponemos iniciar un recorrido de norte a sur, partiendo de la ciudad portuaria de Salerno, situada al sureste de Nápoles y la cual se erige como el lugar ideal para establecer campamento base, debido a su excelente comunicación con el resto de villas amalfitanas. Empecemos pues, el “roat trip”.

SS163 a su paso por las localidades de la Costa Amalfitana

Vietri Sul Mare

Estratégicamente ubicada, Vietri se erige como una de las primeras joyas a descubrir en la Costa Amalfitana. Considerada capital de la cerámica de la Campania y reconocida por la policromía de sus piezas, su tradición artesanal se remonta a tiempos romanos. La belleza de sus paisajes y unos orígenes fuertemente vinculados a la mar la convierten en una de las villas más visitadas de la región.

Entre sus atractivos turísticos destacan la Iglesia de San Giovanni Bautista y su espectacular cúpula revestida de mayólica de colores; el Museo Provincial de la Cerámica o la playa de la Marina.

Tejados de las casas de Vietri Sul Mare

Cetara

Arropada por las montañas y el mar yace Cetara, un auténtico pueblo de pescadores donde los colores de la región laten con intensidad. A pesar de no ser uno de los municipios más visitados, cada una de las calles, rincones y monumentos arquitectónicos nos permiten conocer su estrecha unión con el mar. Un legado que se extiende a lo intangible y se siente en el calor de sus gentes.

Bellos paseos al anochecer, entre los luceros de las barcas de pesca; recorrer los “macerines” (nombre con el cual se conocen las terrazas construidas con muros de piedra secos) cognados de fragantes cítricos, o degustar la conocida colatura di alici” (salsa originaria de la región obtenida por la maduración de las anchoas en salazón, secadas al sol) son algunas de las experiencias casi utópicas que podremos vivir durante nuestra visita a la localidad.

Panorámica de Cetara desde su playa.

Maiori

Situada en el valle de Tramonti, a lo largo de la bahía, se erige Maiori, conocida antiguamente como Regina Major. Dominada por el imponente castillo de San Nicola de Thoro-Plano, la localidad ofrece referentes turísticos tan importantes como la Iglesia de Santa María a Mare, el Palazzio Metzzacapo y sus jardines o la mágica gruta de Pandora. Una extensa propuesta cultural y monumental que, junto con sus amplias playas (las más grandes de la zona) y el valor paisajístico de su localización, hacen de esta una de las villas imprescindibles a descubrir, durante nuestra ruta por la Costa Amalfitana.

Barca amarrada en el puerto de Maiori.

Minori

Minori es sin duda, la revelación. Ignorada por la exclusividad de las exultantes Amalfi y Positano, y eclipsada por su hermana mayor, Maiori; el municipio es solo para aquellos que quieran sentir el verdadero espíritu italiano en su piel. Descubrir sus playas, su entorno, la Villa Romana o la Basílica de Santa Trofimea, es posible y además sin demasiadas aglomeraciones. Todo un presente para los viajeros más nómadas, ávidos de un turismo que se descubre a cada paso y sin tempos.

Panorámica de Minori desde las colinas.

Ravello

Fundada en el s. VI por nobles rebeldes amalfitanos, Ravello induce a querer detener el tiempo, perder su noción y dejarnos llevar por la esencia bohemia y la riqueza de sus enclaves; aquellos que ya a inicios del s. XX lograron seducir a numerosas personalidades como Richard Wagner, Victoria Wolf o Greta Garbo.

Muy unida al arte, la literatura y la música, la localidad acoge en la actualidad, uno de los festivales más representativos de la Campania, el Ravello Festival, un evento que sinerge toda la esencia de la Costa Amalfitana.

Si decidimos ceder a su embrujo, no podremos marcharnos sin antes pasear por los bellos jardines de Villa Cimbrone o conocer Villa Rufolo, dos de las citas ineludibles de uno de los burgos más bellos del sur de Italia.

Vistas de la costa de Ravello.

Scala

A pesar de ser otra de las pocas villas que no posee playa, Scala aguarda con un encanto especial, característico de aquellos enclaves estrechamente ligados al pasado. Erigido como parte del bastión del territorio amalfitano, todavía hoy, el municipio conserva una estructura típicamente medieval con importantes edificaciones que nos permiten conocer la evolución arquitectónica de este periodo en la zona y contemplar algunos de sus principales atractivos como, la catedral, el palacio episcopal o los restos de la Basílica de San Eustaquio. Toda una lección histórica y cultural.

Plaza de Scala.

Atrani

En pleno corazón del valle de Dragone, entre los montes Civita y Aureo, encontramos Atrani, el pueblo más pequeño de Italia. Cuna de pescadores, este precioso municipio deslumbra por su encanto y alma mediterránea.

De estructura medieva, similar a la de Scala, su rico patrimonio arquitectónico y sus playas de postal conservan una belleza que ha permanecido intacta durante siglos. Disfrutar de sus fiestas patronales u otros eventos tan importantes como la Regata histórica de las Repúblicas Marítimas son el marco ideal para conocer el folclore y tradición de esta bella región.

Panorámica nocturna de Atrani desde una de sus playas.

Amalfi

Considerada como capital de la preciosa Costa Amalfitana, Amalfi es uno de los principales reclamos turísticos de la zona, desde inicios del s. XVIII. Situada en un paraje de excepcional belleza, la localidad posee una herencia cultural que se percibe no solo en su centro histórico donde se aúnan los principales monumentos, sino también, en sus calles y plazas, las cuales aún hoy, conservan la esencia de las civilizaciones que siglos atrás las moraron.

Lo mejor de Amalfi son sus reducidas dimensiones, que nos permiten descubrirla en un solo día a través de visitas tan interesantes como la que podemos realizar a Il Duomo di Sant’Andrea (uno de sus imprescindibles turísticos) y al Museo de la Carta. O deambular tranquilamente por su espectacular paseo marítimo mientras dejamos volar nuestros pensamientos con la suave brisa mediterránea.

Calle de Amalfi

Conca dei Marini

Hablar de Conca dei Marini es hablar de la Gruta Esmeralda, uno de sus mayores atractivos. Pero como el resto de sus villas hermanas, Conca dei Marini tiene más que ofrecer al visitante. Esta pequeña “gema” amalfitana, elegida por Roma como aliada durante las guerras púnicas, esconde otros bellos tesoros y secretos como la “Chiesa di San Pancrazio” (una de sus iglesias) o tener el privilegio de ser considerada cuna de los pasteles de Santa Rosa, unas deliciosas “sfogliatas” napolitanas rellenas de crema de ricota y frutas confitadas decoradas con mermelada de cerezas. Sin duda, la visita se erige como todo un placer para los sentidos.

Anochecer en Conca dei Marini.

Furore

Entre las hermosas villas de Amalfi y Positano encontramos “il paese che non c’è” (pueblo que no existe). Este diminuto municipio de arquitectura anárquica, se presenta esparcido sobre los mordaces acantilados que presiden el Tirreno.

Uno de los mayores atractivos de Furore es su fiordo; un estrecho desfiladero entre rocas que ha dado origen a una de las playas más instagrameables de toda la Costa Amalfitana. Pero la localidad no solo deslumbra por su exterior. La tranquilidad de las calles; los bellos murales tiznados que decoran el frente de sus casas; iglesias como la de San Giacomo o San Michele y los sorprendentes recorridos que trazan sus senderos (de los "Nidos de Cuervos”, de los “Murciélagos Locos” o parte del "Sendero de los Dioses") convierten nuestra visita en un apasionante viaje entre lo tangible y lo intangible, proporcionándonos una experiencia vital indescriptible.

Cala del firodo de Furore

Praiano

Presidida por la espectacular Marina di Praia, su playa; este pequeño pueblo pesquero destaca por la exuberancia de sus paisajes. Mar, tierra, fuego y aire… Praiano es famoso por sus atardeceres, sus calas, sus piscinas naturales o sus caminos de ronda. Imprescindible nadar entre las aguas de la cala Gavitella, o apreciar la icónica de iglesias como las de San Gennaro o de San Luca Evangelista.

Tejados de las casas de Paraino, al atardecer.

Positano

Si hay algún otro enclave en toda la Costa Amalfitana capaz de competir con la exclusividad y hedonismo de Amalfi, ese es sin duda, Positano. Considerado como una de las joyas más exclusivas de toda la región de la Campania, este bello municipio secuestra el corazón de todo aquel que lo visita. Conocido coloquialmente como el “pueblo de las escaleras”, Positano se presenta como un auténtico balcón frente al mar. Sus idílicas casitas de colores suspendidas de los acantilados, enmarcan un coqueto centro histórico, presidido por la espectacular Iglesia de Santa María de la Asunción, uno de los principales reclamos turísticos de la localidad.

Sus playas y torres sarracenas, las vistas desde lo alto de sus miradores... Cada paso es un estímulo para los sentidos.

Buganvilias en Positano.

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