Visitar Fátima: turismo más allá de las creencias, el culto y la religión

Fátima, internacionalmente conocida por ser uno de los centros de peregrinación católica más importantes del mundo, se ha convertido en una zona animada con decenas de tiendas, hoteles y residencias, sustentada en mucho más que el turismo de creencias; pues a pesar de ser considerada destino religioso, esta ciudad se revela como uno de los enclaves ideales en el que descubrir la tradición, cultura y carácter del pueblo portugués.

Antaño, ciudad aislada y asentada en las labores de pastoreo. En la actualidad, la localidad ha crecido exponencialmente gracias a los millones de visitas que recibe anualmente y que, a día de hoy, han puesto de manifiesto sus muchos atractivos circundantes, los cuales van más allá de místicos templos y espacios sagrados.

La mística historia de las apariciones

La historia de esta ciudad está asociada, sobre todo, al fenómeno de las apariciones de la Virgen María; la primera acontecida en el año 1758, cuando esta se apareció ante una pequeña pastorcilla en el lugar donde hoy se levanta el Santuario de Nuestra Señora de la Ortiga.
Tiempo después, a inicios del s. XX, otros tres pequeños zagales llamados Lucía dos Santos, Francisco y Jacinta Martos, presenciaron un nuevo surgimiento en la Cova da Iria (cueva de Iria), lugar donde apacentaban sus ovejas y en el cual, hoy, se alza la conocida Capilla de las Apariciones.
Una visita que se reprodujo todos los días 13, entre los meses de mayo y octubre de 1917 (la última, testificada por más de 70.000 peregrinos), en las que Nuestra Señora, enviada por Dios, pretendía hacer un llamamiento a la oración constante; pidiendo a los pastores que anunciaran a todos la necesidad de rezar el Santo Rosario todos los días para conseguir la conversión de los pecadores, la de Rusia y por el Papa.

En ellas también reveló el llamado Secreto de Fátima, el cual fue dividido en tres partes: la visión del infierno, donde los pecadores caían por su falta de fe; el anuncio del comienzo de una nueva guerra (la Virgen vaticinó la Segunda Guerra Mundial) y un tercer fragmento que el Papa Juan Pablo II reveló a los feligreses durante su viaje a Portugal el 13 de mayo del 2000.

A su vez, la pequeña Lucía, quien tiempo después se convertiría en monja de clausura, recibió otras tres visitas más (entre abril y octubre de 1916), también en compañía de sus primos Francisco y Jacinta, del que fuera llamado el Ángel de la Paz o de Portugal; quien les invitaba a rezar y a realizar penitencia.

Para marcar el lugar en el que se produjeron dichas apariciones, los habitantes de la zona decidieron construir un arco de madera con una cruz; convirtiendo el espacio en referente, tanto para religiosos como laicos, que empezaron a viajar en peregrinaje hasta el allí.

El 6 de agosto de 1918 se iniciaron las obras de construcción de una capilla para sustituir el rudo altar. Una pequeña iglesia que tiempo después daría paso al actual Santuario, el cual se ha consolidado como un importante centro de culto mariano a escala mundial gracias a la creciente atención otorgada por papas y otros destacados prelados al Mensaje de Fátima; las romerías; y las sucesivas procesiones y oraciones que han atraído a multitud de creyentes y curiosos de todo el mundo, proporcionando un gran desarrollo a la ciudad y a la región.

Diez lugares imprescindibles a descubrir durante vuestro viaje a Fátima

Evidentemente, uno de los mayores atractivos de esta ciudad son sin duda las decenas de edificaciones religiosas que atesora en su área perimetral. Aun así, sus inmediaciones esconden verdaderos tesoros que, eclipsados por la fe y la fama que preceden al municipio, pasan totalmente inadvertidos a ojos de la mayoría de turistas; encasillando al visitante que se acerca a la región.

Por este motivo, en las siguientes líneas os queremos mostrar una Fátima diferente a través de un viaje a diez de los espacios imprescindibles e ineludibles que debéis visitar si os acercáis al lugar; los cuales exploran la arquitectura, las crónicas, el entorno natural y por supuesto, parte de la historia del culto luso.

Os invitamos a descubrirlos.

El Santuario de Fátima

Empezamos por el que es el centro de peregrinación que evoca cinco de las seis apariciones de Nuestra Señora, la Virgen María, en la zona; erigido, tal como comentábamos, en la Cova da Iria. Una propiedad rural que perteneció a los padres de la pequeña Lucia dos Santos (una de los tres pastorcitos videntes).

Durante su visita podréis descubrir los diversos complejos que alberga el espacio, entre los que destacan la Capilla de las Apariciones o la Basílica de Nuestra Señora del Rosario; además de las Casas de Retiro de Nuestra Señora de los Dolores y de Nuestra Señora del Carmen y el Recinto de Oración.

El acceso al templo es gratuito y permanece abierto todos los días del año las veinticuatro horas.

La Basílica de Nuestra Señora del Rosario

Junto a la de la Santísima Trinidad, la de Nuestra Señora del Rosario es una de las dos basílicas que encontraréis en el Santuario de Fátima.
Se trata de una impresionante iglesia de estilo neobarroco construida en piedra caliza blanca, que fue diseñada por el arquitecto neerlandés Gerardus Samuel Van Krieken en el año 1928, y que cuenta con una estructura de más de setenta metros de largo por treinta y siete de ancho en la que despunta una torre de sesenta y cinco metros de altura rematada por una corona de bronce en la que se alza una gran cruz que se ilumina durante la noche.

En su entrada podréis contemplar las enormes estatuas que representan a los apóstoles del Rosario junto a las imágenes de Juan Eudes, fundador de la Congregación de Jesús y María, y la de San Esteban I, rey de Hungría; mientras que a ambos lados del transepto encontraréis las tumbas donde descansan los restos de Francisco, Jacinta y Lucía, los pequeños pastorcillos videntes.

Finalmente, señalar que la basílica permanece abierta de seis de la mañana a ocho de la tarde, de manera ininterrumpida.

La Capilla de las Apariciones

Definitivamente, el lugar imprescindible que ver en Fátima.

Erigida como el verdadero corazón del Santuario, la Capilla de las Apariciones fue el primer edificio que se construyó en respuesta a la petición que Nuestra Señora hizo durante uno de sus surgimientos en Cova da Iria.

La ermita, datada en 1919, fue totalmente rehabilitada tan solo tres años después y revestida de madera de pino de Siberia en 1988, para conmemorar ese pretérito año Mariano.

Durante el recorrido por su interior descubriréis una preciosa columna de mármol sobre la cual se asienta una majestuosa imagen de la Virgen de Fátima, además de admirar otras maravillosas obras de arte sacro.

Las Casas de los Pastorcillos

Ya fuera de los confines de la ciudad, en la pequeña freguesia de Aljustrel situada a escasos dos kilómetros de esta, encontraréis las casas donde residían los tres rabadanes testigos de las apariciones. Dos viviendas idénticas, edificadas entre los años 1885 y 1888, en la conocida como Rua dos Pastorinhos, en pleno corazón de la aldea.

Junto a estas también se encuentra un pintoresco museo histórico-etnográfico. Un espacio que os permitirá conocer cual era el modo de vida de esta pequeña comunidad portuguesa a principios del s. XX, a través de los aperos, utensilios, ropas y mobiliario que expone.

Tanto las casas como el museo pueden visitarse todos los días del año.

La Villa Medieval de Ourém

Más antigua que Portugal, la Villa Medieval de Ourém es uno de los lugares más interesantes a visitar cerca de Fátima.

Localizada en la cima de un cerro, en el centro del país, Ourém se exhibe como un conjunto arquitectónico en el que convergen los estilos gótico, mudéjar, manuelino, barroco y pambolino, a partes iguales. Un precioso burgo declarado Patrimonio Inmaterial, en el que podréis perderos deambulando por sus serpenteantes calles salpicadas de níveas casas floridas y enmudecedores miradores, desde los que contemplar el magnánime paisaje adyacente.

A destacar la visita a la antigua sinagoga, hoy en ruinas; a la Iglesia de la Misericordia, fundada en 1445 por D. Afonso Henriques, primer rey de Portugal; y a su impresionante Castillo, ubicado en la cúspide de la población.

Un verdadero viaje en el tiempo.

El Castillo de Ourém

A trescientos metros sobre el nivel del mar, dominando el pueblo medieval homónimo, se alza el imponente Castillo de Ourém; Monumento Nacional y uno de los alcázares más bellos de Portugal.

Construido entre los s XII y XIII, los muros originales de la fortificación fueron asolados con la construcción del Pazo do Conde, en el siglo XV. Una degradación que se agudizó debido a las sucesivas invasiones francesas acontecidas a principios del s. XIX.

Actualmente, en el recinto aún pueden apreciarse las tres estructuras principales que conformaban el complejo: el castillo propiamente dicho, de planta triangular, ubicado en el punto más elevado; el pazo, enclavado en la zona intermedia de la propiedad; y dos torres-baluarte rematadas por balconadas, que conformaban parte de la antigua muralla de la villa de Ourém.

Además, en la zona, también podréis ver un antiguo aljibe. Un gran depósito construido bajo tierra para recoger y conservar el agua, a través del que se garantizaba el subministro de este preciado bien en tiempos de asedio.

Finalmente, informaros de que para conocerlo deberéis contactar con la Cámara Municipal de Ourém, la cual ofrece visitas guiadas con cita previa en las que además se recorre el casco antiguo de la villa medieval y el Pazo do Conde. Si estáis interesados, podéis enviar un mail a geral@cm.ourem.pt.

La Playa Fluvial de Agroal

Apreciada y conocida por sus aguas medicinales, la Playa Fluvial de Agroal es una de las marinas interiores más populares y concurridas del país.

Ubicada en el creciente del Río Nabão, cerca del Parque Naturaleza de Agroal, la zona no solo cuenta con la ribera. Dispone, además, de una pequeña zona de pícnic, solárium, cafetería y un anfiteatro al aire libre.

Por su parte, la reserva natural goza de las instalaciones de un centro de interpretación ambiental en el que se realizan diversas actividades lúdico-educativas que pretenden dar a conocer la geología, la flora y la fauna del lugar; un jardín y varios espacios de ocio.

El Parque Natural da Serra de Aire e Candeeiros

Se trata de una de las mayores zonas naturales protegidas de Portugal. Una superficie agreste y escarpada de más de treinta y ocho mil hectáreas que abarca los municipios de Alcobaça y Porto de Mós, en la región central del país; constituyendo la reserva geológica de roca calcárea más importante de la región.

Cuevas, almijares, cavernas… A lo largo de los milenios los procesos geomorfológicos han moldeado la superficie y el corazón de este paraje, creando un hábitat único para la fauna y flora del lugar, además de erigir rincones secretos tan bellos como las Grutas de San Antonio, Moeda, Mira d’Aire o Alvavos; las Salinas de Sal Gema (en las que podréis conocer los métodos de extracción de este compuesto químico) o el yacimiento de huellas de dinosaurio saurópodes del Jurásico Medio, considerado el más importante del mundo.

Todo un paraíso para aquellos viajeros amantes de la arqueología y la espeleología.

Las Grutas de San Antonio

Tal como referenciábamos, las Grutas de San Antonio forman parte del Parque Natural da Serra d'Aire e Candeeiros y se encuentran estrechamente vinculadas a las de Alvados.

Descubiertas de manera fortuita en 1955, estas formaciones geológicas con más de cincuenta mil años de antigüedad representan una de las visitas más atractivas y emocionantes que realizar cerca de Fátima.

Las cuevas, salpicadas por centenares de estalactitas y estalagmitas, ocupan una superficie aproximada de seis mil metros cuadrados y están compuestas por una primera zona en la que hallaréis un gran lago natural; un estrecho pasaje; y una gran sala monumental de más de cuarenta y tres metros de altura en la que la temperatura no alcanza más de dieciséis grados.

Las Grutas de Alvados

Algo más pequeñas que las de San Antonio, las Grutas de Alvados poseen una singularidad especial que las caracteriza; pues están formadas por dos espacios diferenciados, la conocida como “cueva vieja”, descubierta hace cuatrocientos años; y las “cuevas nuevas” (Planeta Maravilloso, Lago de Ponte, Sala de las Estatuas, Lago de las Maravillas, Sala Bella Durmiente y Sala de los Cipreses), halladas por casualidad en el año 1964 y que constituyen el grosor del propio enclave.

Se trata, pues, de un conjunto espectacular de sucesivas salas, corredores, formaciones rocosas, columnas, bellos lagos y pozos de inusual altura, formado durante la Edad Media jurásica, que se presenta ante el visitante de manera indómita y mística; convirtiendo estas cavernas en unas de las más características de la toda la Península Ibérica.

¿Cómo llegar a Fátima?

Gracias a su céntrica ubicación, llegar a Fátima desde las principales ciudades portuguesas no presenta demasiadas complicaciones, ya que la localidad se encuentra muy bien comunicada; sobre todo por vía terrestre.

Teniendo en cuenta este precepto, en este apartado queremos indicaros cuales son las opciones de las que disponéis para viajar hasta el lugar, partiendo en este caso desde Lisboa.

En coche

Fátima se encuentra a tan solo una hora en coche desde la capital. Un recorrido de ciento veintisiete kilómetros que podréis realizar tomando la Autopista A1 en sentido Lisboa-Porto y desviándoos posteriormente por la salida pertinente.

Señalar, que deberéis tener en cuenta el precio del peaje, que en tierras lusas se puede pagar de manera telemática previo registro de la matrícula de vuestro vehículo en la web de pago pertinente (ver aquí) o de forma tradicional parando en la barrera. Sea cual sea el método, podemos adelantaros que este asciende a unos 8 € aproximadamente.

En autobús

Desde luego, de las opciones más escogidas debido a su relación calidad/precio, ya que con ella evitaréis pensar en carreteras, peajes y zonas de aparcamiento.

Para ello deberéis dirigiros a la Estación de Sete Rios, ubicada en la zona norte de la ciudad de Lisboa y, una vez allí, tomar alguno de los autobuses de la compañía Rede Expresso que conectan la capital con el lugar.

El billete de ida y vuelta cuesta alrededor de unos 28 € y la parada en la que tenéis que bajaros se encuentra muy cerca del Santuario, a tan solo cinco minutos a pie.

En Tren

Esta es con seguridad la peor alternativa, pues la terminal de trenes de Fátima está a diez kilómetros del centro de la ciudad; por lo que, si optáis por esta vía, una vez allí deberéis tomar un transporte adicional.

De todos modos, os indicamos los pormenores por si fuese esta vuestra elección.

Primeramente, tendréis que acercaros a una de las estaciones lisboetas desde las que parten los convoyes en dirección a la localidad, ya sea la de Santa Apolonia o la de Oriente, y desde allí, tomar uno con destino a Braga bajándoos ,por supuesto, en la correspondiente parada.

En la web de Comboios de Portugal podréis consultar horarios y el precio de los billetes.

Visitas guiadas

Finalmente, siempre podréis contratar alguna de las excursiones organizadas por tour operadores o plataformas digitales centradas en actividades turísticas que, además de ofreceros la visita al santuario, os descubrirán otros enclaves cercanos imprescindibles a través de sus itinerarios, tales como el pueblo medieval de Óbidos y Nazaré o el Monasterio de Batalha.

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