Viajar a Estocolmo nos ofrece una ciudad con tanto frío como alicientes interesantes para visitar. El Palacio Real, el Museo Vasa, el casco antiguo o el Moderna Museet son sitios clave que ver en una visita a la ciudad, pero hay un espacio más que es un reclamo a nivel internacional para muchos fans de la música pop, el Museo de ABBA.
Esta exposición sobre la banda más popular de la historia del país y una de las más exitosas de la historia es una excusa perfecta para pasar por esta bella capital escandinava. Pero antes de ver su contenido ¿qué os parecería hacer un repaso ligero sobre su carrera?
El ascenso al éxito
Si durante los años 60 hubo una fiebre por los Beatles o en la primera mitad de los años 70 por Led Zeppelin, en la segunda mitad de esa década y principios de la siguiente otra banda lograría alzarse con la corona. Su historia da inicio cuando Björn Ulvaeus y Benny Andersson se conocen en la segunda mitad de los años 60 en Estocolmo y se percatan del buen equipo que son componiendo música. Durante la primera mitad de los 70 y a través de buenas experiencias, Björn y Benny supieron que sus parejas Agnetha Fältskog y Anni-Frid Lyngstad eran clave para materializar vocalmente su música.
Con este combo ganador se formaría ABBA, usando la inicial de cada uno de los integrantes como letra para el nombre de la banda. Eso sí, incluso antes de llegar a su nombre definitivo, el grupo trabajó en su primer proyecto llamado Lycka en 1970. Este álbum asignado únicamente al equipo creativo de Björn y Benny, tendría a Agnetha y Anni-Frid en la sección de coros y cantando en su lengua natal. Su estilo, que mezclaba el pop/rock, el folk y la música schlager (pop ligero europeo) les daría su identidad, pero necesitaban mejorar la receta. En 1973 con el primer álbum que firmaron bajo el nombre de la banda y llamado Ring Ring.
En este disco las piezas del puzzle se empezaban a colocar en su sitio a nivel estilístico y con la voz de las chicas enfrente y las letras en inglés, la imagen parecía más clara. La banda se reafirmó cuando la canción que daba título fue un éxito por Centroeuropa y Escandinavia. En 1974, ABBA empezaría su ciclo virtuoso con su segundo álbum de estudio, Waterloo y presentando su tema principal en el festival de Eurovisión del mismo año. Su victoria les dio la confianza para querer abordar una gira por Europa para expandir su popularidad, pero en ella sufrieron su primer tropezón al no tener la cantidad de público esperado.
En el Museo de ABBA haremos un recorrido por toda esta historia y mucho más.
La banda más popular del mundo
Los cuatro miembros se habían quedado con un sabor agridulce con la experiencia de la gira, pero sabiendo su potencial, prepararon su revancha con el siguiente disco. ABBA de 1975, fue el disco en el que reivindicarían su enorme potencial con éxitos como Mamma Mia, SOS o I Do, I Do, I Do, I Do, I Do. A partir de ese pu. Eso no sólo nos asegura que hacían mucho negocio con su música, sino que estaban conectando con personas de culturas diferentes con sus creaciones. Pero la exposición nos muestra otros ingredientes de su cóctel de éxito tanto a nivel musical como estético.pón, Estados Unidos y Sudamérica. Nombrar la cantidad de hits que cosecharon en ese periodo es ardua tarea.
Pero las grietas se escondían tras esa fachada brillante, ya que en 1978 Björn y Agnetha se divorciaban mientras que Benny y Anni-Frid se casaban. Aún con esos contrastes internos la banda procuraba poner su obra por delante y sacarían adelante sus dos últimos discos capeando el temporal. Super Trouper (1980) y The Visitors (1981) sería el periodo de madurez de la banda y de reflexión sobre su situación interna, resistiendo incluso cuando el matrimonio de Benny y Anni-Frid fracasaba. Esto llevaba a que la vida útil de la banda se fundiera sutilmente como un cubito hasta que, en 1982, se decidiría parar el proyecto dejando a medias el que iba a ser su próximo álbum. Se despedirían musicalmente con la nostálgica e innovadora canción Under Attack.
El legado en el Museo de ABBA de Estocolmo
En la actualidad se especula que las ventas de álbumes de ABBA se mueven entre los 200 y los 400 millones de copias y sigue creciendo año tras año. Esa imagen se materializa cuando dentro de los pasillos del museo vemos la gran vitrina con todos sus discos de platino, oro y plata certificando su éxito por todo el mundo. Eso no sólo nos asegura que hacían mucho negocio con su música, sinó que estaban conectando con personas de culturas diferentes con sus creaciones. Pero la exposición nos muestra otros ingredientes de su cóctel de éxito tanto a nivel musical como estético.
El recorrido es amplio y denso en material, pudiendo ver toda una recopilación de los álbumes de estudio y singles expuestos. A través de ellos se pueden ver las diferentes versiones de las portadas que se usaban según el país donde se publicaban. Estéticamente son muy interesantes por su diseño, son una cápsula temporal sobre las modas de los años 70 y principios de los 80. Lo mismo se puede aplicar a su vestuario, que se expone frontalmente a estas portadas de discos y nos dan esa sensación de imagen amplia sobre todo lo que era ABBA a ojos del espectador que los admiró en su época de actividad. Además, a ello se suma el vestuario de las películas y musicales dedicados a la música de la formación.
También es interesante el archivo fotográfico de la banda, que recoge la evolución de la misma a medida que pasaban los años y las modas. ABBA tenía siempre un sonido muy identificable, pero los tiempos les llevaban a una adaptación a los mismos en sus peinados e indumentarias. Igualmente, las imágenes van acompañadas de artículos de diario que nos sirven para entender cómo su éxito se iba construyendo paulatinamente. Justo al lado también tenemos salas en las que se representan con figuras de cera a los miembros de la banda en su época de apogeo con el vestuario de sus giras mundiales. Incluso hay espacio a una representación de los cuatro cumpliendo sus roles musicales.
Muy interesante también es la representación del estudio de grabación (Polar Studios) con la mesa de mezclas y la sala con los instrumentos en su interior. Sumémosle la experiencia interactiva donde podemos vestirnos con los trajes de la banda de forma virtual o la recreación de la llegada del helicóptero del disco Arrival con las gafas 3D. Finalmente, tenemos la tienda de souvenires donde comprar objetos relacionados con la banda y su discografía. Entre todo ello se puede adquirir su último álbum de estudio, The Voyage (2021), el primero en 40 años tras su separación en 1982.
Como llegar
El aeropuerto más cercano a la ciudad de Estocolmo es el Stockholm Bromma Airport. Desde él se puede llegar a la ciudad con los Flygbussarna Airport Coaches, que nos dejan en el centro de la urbe. A partir de ese punto, si salimos de la calle de la terminal y tomamos por la derecha la calle Klarabergsgatan, tendremos en unos metros la central de tranvía de la ciudad. Para llegar al ABBA Museum, debemos tomar la línea 7 y bajar en la parada Liljevalchs/Gröna Lund, la cual queda al lado del edificio.
Horario
De lunes a domingo de 10 a 18h
Precios
- Adultos: De 220 a 280 coronas suecas (de 19.07EUR a 24.28EUR) según hora de día.
- Niños de 7 a 15 años: De 80 a 110 coronas suecas (de 6.94EUR a 9.54EUR).
- Familiar (2 adultos y 2 niños): De 495 a 695 coronas suecas (de 42.92EUR a 60.26EUR) según la hora del día.
- Estudiantes y jubilados: De 180 a 250 coronas suecas (de 15.61EUR a 21.68EUR) según la hora del día.
- Audioguía: 20 coronas suecas (1.73EUR).
Contacto
- Web: abbathemuseum.com
- Dirección: Djurgårdsvägen 68, 115 21 Stockholm, Suecia (ver en Google Maps)