Tal como su propio nombre indica, esta isla fue la tercera en ser descubierta de todo el archipiélago de las Azores. Aunque en un principio se la llamara Isla de Jesús Cristo, está empezó a poblarse en el siglo XV, desarrollándose urbanísticamente desde entonces, debido en gran medida a su localización geográfica. Pero lo que hace que Terceira sea especial es el magnífico contraste entre su belleza natural volcánica y los edificios del centro histórico de su capital, Angra do Heroísmo.
Fue la primera localidad de las Azores que fue clasificada como Patrimonio Mundial de la UNESCO. La bahía de Angra ganó gran relevancia, no solo como centro de comercio interno de los productos regionales producidos en las demás islas, sino por su potencial turístico.
Esta isla es famosa sobre todo por la belleza de sus paisajes naturales y por su patrimonio histórico. Destaca por sus preciosas iglesias de corte renacentista, catedrales, palacios, conventos, fortalezas, jardines paisajísticos y callejones coloridos.
¿Qué ver en Isla Terceira?
Por toda la isla encontraremos los llamados Imperios, que son altares de devoción al Espíritu Santo, y destacan sobre todo por su colorido. En el interior guardan un altar con una corona de plata y un cetro, que son símbolos de culto.
la Isla Terceira ofrece algunas atracciones naturales que son únicas, como el cráter más grande de la isla: la Caldeira de Guilherme Moniz; una antigua cueva de lava llamada Algar do Carvão, el islote de Cabras, la estructura megalítica de Grota do Medo, la Reserva de Monte Brasil, Picos da Bagacina y las elevaciones de lava de Cabrito o la Parroquia Doze Ribeiras. La isla también cuenta con algunas playas espléndidas como Praia da Vitória, o piscinas naturales como las de Biscoitos, talladas en rocas de lava.
Angra do Heroísmo
No te puedes ir de la isla sin visitar su capital, Angra do Heroísmo, ya que es la ciudad más bonita de las Azores. Además, también es el asentamiento más antiguo de todas las islas y su casco histórico está muy bien conservado, repleto de casas e iglesias de diferentes épocas y estilos arquitectónicos.
El epicentro de Angra es la plaza Praça Vielha, donde está el ayuntamiento. Nuestra recomendación es que visites la Catedral de Angra do Heroísmo, el Convento de São Francisco, la Iglesia da Misericórdia y el Convento de São Gonçalo.
La Catedral de Santo Salvador
La Catedral del Santo Salvador es una catedral católica que pertenece al siglo XVI y que está situada en la parroquia civil de la Sé, en el municipio de Angra do Heroísmo. Está considerada como la más grande de todo el archipiélago de las Azores y fue construida a partir del año 1568 con la intención de que pasase a albergar la sede episcopal de la ciudad de Angra, que había sido instituida en 1534 por el Papa Paulo III. La fachada principal de la catedral está gobernada por una galilea, un campanario y dos torres laterales, también con campanas. Los chapiteles de la catedral están revestidos con azulejos de color azul y blanco, distribuido por toda su esquina.
En el interior hay tres naves divididas en arquería en piedra, sobresale la capilla mayor con ábside circular y bóveda de cantería sostenida por columnas jónicas. También destaca su valioso frontal del altar mayor en plata labrada del siglo XVIII y los azulejos polícromos. Las capillas laterales albergan diversos altares, algunos de ellos dedicados al culto mariano, sobresaliendo el de Nossa Senhora dos Anjos, en donde se puede admirar una imagen de Nossa Senhora da Conceição que data del siglo XVII.
En la sacristía, hacemos referencia al mobiliario en palo Brasil y jacarandá. Además se puede disfrutar de una valiosa colección de pintura, escultura y objetos religiosos, entre los cuales destaca el magnífico pontifical ofrecido por el rey D. João V.
La Catedral de Angra acabó casi destrozada por el terremoto del 1 de enero de 1980 y más tarde con un incendio que ocurrió en la madrugada del 25 de septiembre de 1983. Durante estas catástrofes por desgracia se perdió un importante patrimonio artístico, sobre todo de decoración barroca. Actualmente el templo se ha reedificado y conserva los atributos de la Catedral original.
Jardín subtropical
Debido al clima húmedo del archipiélago, las Azores son un oasis de vegetación, y por ello, pasear por el Jardín del Duque de Terceira es una experiencia única. El principal parque del país cuenta con plantas de todo el mundo, incluyendo eucaliptus, araucarias y palmeras, y cientos de flores de colores, como magnolias, camelias, e hibiscos. Tienes que subir a la parte alta del parque para ver el antiguo sistema de riego, donde encontraras un tanque con una estatua haciendo homenaje a los indígenas brasileños que tiraban agua para activar este sistema.
Capillas de colores
En esta preciosa isla hay un total de 72 capillas de colores que puede encontrar repartidas por toda la isla y en cada barrio de Angra do Heroísmo. Son los llamados Imperios, para el culto al Espíritu Santo, que viene del dogma católico del Siglo XVI. El Imperio típico es un edificio que tiene una decoración llena de colores y una corona presidiendo la parte alta. La mayoría de estas capillas pertenecen al Siglo XIX y comienzos del XX.
Alto da Memória Obelisco
Justo enfrente de la ciudad encontramos el Monte Brasil que junto con su península elevada, es el lugar perfecto para ver Angra y su bahía. Este antiguo volcán de 3 km cuadrados sirvió de defensa natural y fue donde los españoles construyeron la Fortaleza de sao Joao Baptista.
Unas de las mejores vistas de la ciudad se encuentran en lo alto del Monte Brasil, junto al obelisco. Desde allí podrás disfrutar de una preciosa panorámica de la ciudad desde arriba. Para llegar hay que caminar por el Jardín Duque de Terceira, rodear el Convento de Sao Francisco, y continuar por la calle Rua do Pisao. El obelisco se construyó en el año 1856 como homenaje a la visita del Rey Pedro IV durante la guerra civil. Se dice que la primera piedra del famoso obelisco es la misma donde se paró el rey justo cuando llegó a la isla veinte años antes de su construcción.
Reserva natural de Algar do Carvão
Algar do Carvão está clasificado como Monumento Natural y se encuentra dentro de la caldera do Guilherme Moniz, a unos 640 metros de altitud, y a unos 12 kilómetros por carretera de la ciudad de Angra do Heroísmo. Su longitud es de aproximadamente 50 m y se encuentra justo en el centro de la isla. El viaje a esta preciosa cueva es una atracción en sí mismo y es un imán para el turismo. El magnífico Algar do Carvao, también llamado la chimenea de magma, es el cono de un volcán. Cerca de allí está la Gruta de Natal, que permite descubrir el túnel de lava.
Antes de llegar a Algar do Carvao, por el camino, puedes encontrar distintas plantas y lugares preciosos. Cuando llegues a la cueva, tienes que pagar tu entrada y bajar por unas escaleras de piedra. Dentro de la caverna hay muchas grutas y un lago subterráneo lleno de agua. También descubriremos una erupción volcánica que creó la caverna hace miles de años. Si vas debes tener en cuenta que hará algo de frío y debes ir abrigado y con calzado adecuado, ya que el terreno puede ser resbaladizo.
Las playas de Terceira
En Terceira hay una zona perfecta para bucear, y esa es la Playa de Silveira, una playa muy querida por los locales y que está situada en las afueras de la ciudad de Angra do Heroísmo. Aunque es una playa artificial, está muy en armonía con el resto del paisaje.
Para acabar con la aspereza rocosa de la zona, se construyó un bloque de hormigón blanco que hace que el descenso al mar sea mucho más fácil y suave. El mar adquiere los colores del verde oscuro del agua y el turquesa, mientras que más lejos de la costa, en las profundidades del inmenso océano atlántico, predomina el azul oscuro.
Muy cerca de la capital encontramos Praia Grande, que está cerca de la plaza, y cerca está la playa más pequeña, Prainha, después de la marina. Por esa zona hay un montón de cafeterías locales donde poder tomarte un café.
Por último, cabe destacar la Playa de Biscoito, uno de los más bellos complejos de piscinas naturales de la isla. Esta zona protegida es toda una aglomeración rocosa que tiene numerosos puntos donde se puede nadar en el océano Atlántico, al mismo tiempo que se protege de su impetuosidad. Las rocas volcánicas son de color negro y tienen plataformas de madera para tomar el sol, muelles y escaleras de metal para facilitar el descenso al mar.
Esta playa es el lugar perfecto para bucear y nadar tranquilamente entre las rocas que forman arcos similares a puentes, pequeñas cuevas y calas de todas los tamaños y formas. Si vas, no debes tener miedo a la hora de bañarte, ya que el agua de las piscinas está protegida de las fuertes corrientes oceánicas por la barrera de rocas volcánicas.