La ciudad de Viena tiene un legado artístico e intelectual que se formó gracias a ciudadanos como Mozart, Beethoven y Sigmund Freud. La ciudad también es conocida por sus palacios imperiales como el Palacio Belvedere y el Palacio Hofburg, el palacio más grande de de toda la ciudad.
Primer día: Catedrales, iglesias y palacios
Catedral de San Esteban de Viena
Llegamos al centro de Viena y nos dirigimos a la Catedral de San Esteban de Viena, uno de los templos religioso más bonitos de toda Europa. También se la conoce por su nombre alemán Stephansdom. Es la iglesia más importante de todo el país y por ello también es la sede del Arzobispado de Viena. Fue construida en el siglo XII y tardaron más de 70 años en terminar de construirla. Está levantada sobre las ruinas de dos parroquias que se encontraban en esa misma ubicación. El exterior de la catedral destaca por su torre de 136 metros de altura y su interior está repleto de joyas y tesoros arquitectónicos.
La iglesia de San Carlos Borromeo
Seguimos andando y llegamos al segundo templo más grande e importante de la ciudad: la Iglesia de San Carlos Borromeo. El emperador Carlos VI prometió levantar una iglesia en honor a San Carlos Borromeo, quien fue arzobispo de Milan y uno de los exponentes de la contrarreforma católica. La construcción fue encargada a Fischer von Erlach, quien acabo diseñando esta preciosa iglesia barroca que tiene también algunos añadidos romanos como el pórtico, las columnas y los techos.
El Palacio Belvedere
Viena es la capital europea con mayor número de palacios y edificios de estilo barroco. El emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Leopoldo I, falleció en el siglo XVII y fue entonces cuando se propuso construir en la ciudad un gran número de iglesias católicas y impregnar los palacios de la ciudad del estilo barroco que tanto destacaba en aquella época. Así se consiguió reivindicar el protagonismo de la monarquía y la belleza de Viena.
En ese momento, el Palacio Belvedere paso a ser uno de los más bonitos e impresionantes de toda la ciudad. Actualmente es un museo y en su interior se encuentra la famosa Galería Belvedere, donde se acogen obras tan conocidas como El Beso de Klimt, convertido en un emblema de la ciudad.
El Palacio de Schönbrunn
Es una de las atracciones turísticas más importantes de la ciudad y fue construido en el año 1696 por Fischer von Erlach. Desde que se construyó hace ya más de cuatro siglos, ha sido la residencia de emperadores y reyes de la dinastía de los Habsburgo y es considerado por los historiadores y arquitectos como una auténtica obra maestra del estilo barroco.
En su interior hay un total de 1441 habitaciones con exquisitas decoraciones y revestimientos de madera, mientras que en sus enormes jardines está la Glorieta: un pórtico neoclásica construido tras la victoria de los Habsburgo contra Prusia en 1757.
El Palacio Imperial de Hofburg
Uno de los palacios más importantes de Viena es el palacio imperial de Hofburg, una gran construcción que en su interior tiene 2.600 habitaciones y fue construido en el siglo XIII. Con el paso de los años el palacio ha ido sufriendo ampliaciones y renovaciones. Durante décadas ha sido utilizado por los Habsburgo como residencia de invierno y actualmente, aparte de ser uno de los edificios más famosos y visitados por los turistas de la ciudad, es la residencia y lugar de trabajo para la Presidencia de la república y en su interior se encuentran museos como el Schatzkammer.
Segundo día: Museos y la Opera
La Albertina
Este museo se encuentra en el Innere Stadt y es considerado como uno de los mejores museos de artes gráficas de todo el mundo. Su colección dispone de más de un millón de grabados y cerca de 60.000 dibujos. Este museo es uno de los más famosos y populares del mundo, por la gran oferta artística que presenta en el interior de sus amplias y preciosas salas expositivas, creando así un verdadero paraíso para los amantes del arte.
Dispone de una importante colección de obras de Alberto Durero y una gran selección de pintores de la escuela de arte neerlandesa como Rembrandt, van Dyck, El Bosco y autores del siglo XX como Picasso, Klimt o Monet.
El museo de Historia Natural de Viena
Esta considerado como el mejor museo científico de todo el país y uno de los más completos de toda Europa. Se encuentra situado en un enorme y precioso palacio del siglo XIX. En su interior alberga una extensa colección de mas de 3 millones de piedras preciosas, minerales, fósiles de animales o incluso esqueletos de dinosaurios.
El museo de Historia del Arte de Viena
Enfrente del museo de Historia Natural se encuentra el museo de Historia del Arte más grande de todo el país y contiene en su interior obras pictóricas de algunos de los pintores europeos más importantes del continente como son: Rubens, Tiziano o Rafael.
El museo de arte moderno (Mumok)
Si tu pasión es el arte moderno y contemporáneo, este precioso y pequeño museo de arte inaugurado en el año 2001 es una de tus paradas imprescindibles en Viena. Sus más de 10.000 obras incluyen artistas como Picasso, Magritte o Warhol.
El museo Leopodo
Este museo se encuentra en un moderno edificio que se centra en obras de autores del país como Gustav Klimt o Oskar Kokoschka.
El museo de Sgmund Freud
El antiguo apartamento de Sigmund Fred ha sido reconstruido y convertido en un museo que realiza un repaso por la vida y obra del padre del psicoanálisis moderno.
La Ópera de Viena
La Ópera Estatal de Viena se encuentra situado en el centro de la ciudad, en el Innere Stadt, que es considerado uno de los mejores teatros de opera del mundo. Fue construido a mediados del siglo XIX en un particular estilo neorrenacentista y en su precioso interior han actuado algunos de los artistas más conocidos y valorados de todo el mundo. Las entradas para ver alguna de las obras no son demasiado caras por lo que es el plan perfecto para terminar el segundo día de turismo por Viena.
Tercer día: El mercado Naschmarkt y una vuelta en bici por el el parque de atracciones más antiguo del mundo
Naschmarkt
El mercado más famoso y grande de la ciudad es el de Naschmarkt con un área superior al kilómetro medio. Este mercado abrió durante el siglo XVI para vender todos los productos que llegan del Danubio como verduras, frutas, carne, pan y flores.
Prater
Por último, cabe destacar el parque Prater, que es una antigua reserva de caza imperial que abrió en el año 1766 a todo el público. Es una visita indispensable si viajas a Viena, ya que en su interior encontrarás un paraje de más de 7 kilómetros cuadrados donde se encuentra la noria más grande del mundo inaugurada en el año 1897.