Palacio da Pena

El Palacio da Pena en Sintra: Alegoría del romanticismo portugués

Portugal es uno de los países con mayor número de palacios, castillos y fortificaciones por kilómetro cuadrado. Pero si hay uno que destaque entre todos ellos, ese es El Palacio da Pena, situado en la localidad de Sintra, a tan solo cuarenta minutos de la capital lusa.

Una llamativa y pintoresca edificación construida durante el mandato de Fernando II, que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1995.

Capaz de abrumar a todo aquel que osa cruzar sus muros; su impresionante colorido y su riqueza arquitectónica e histórica bien merecen una visita en primera persona.

Os invitamos a descubrirlo.

Un repaso a la historia del Palacio

La crónica de este bucólico enclave se remonta a principios del s. XII, cuando en el lugar se alzaba la ermita de Nuestra Señora de la Pena. Un humilde templo que el Rey Manuel I ordenó sustituir por un magnánimo monasterio que posteriormente pasó a manos de la Orden de los Jerónimos. Hasta que, en 1755, el terremoto que asoló Lisboa y sus alrededores dejó la iglesia prácticamente en ruinas, propiciando su paulatino abandono, el cual culminó un siglo más tarde con la abolición de las órdenes religiosas en el país.

Un par de años después, allá por el 1836, la reina María II se casó con Fernando de Sajonia-Coburgo y Gotha, príncipe y sobrino del duque de Coburgo, Ernesto I; y del rey Leopoldo I de Bélgica. Un hombre de esmerada educación y profunda conexión con las artes, pues ejerció de artista, coleccionista y patrocinador, que a su llegada al país quedó prendado de los encantos de la bella Sintra, adquiriendo el antiguo monasterio en ruinas y sus terrenos circundantes; atraído por su legado arquitectónico.

La voluntad inicial del monarca era simplemente restaura el edificio para convertirlo en residencia de verano de la familia real, pero embriagado por el entusiasmo, finalmente proyectó la construcción de un impresionante palacio medieval de reminiscencias manuelinas y moriscas; propio de los fantásticos escenarios de “Las mil y una noches”.

Una belleza extrapolable a sus exteriores, para los cuales se diseñó una red de sinuosos senderos que atravesaran las ochenta y cinco hectáreas del Parque da Pena, conduciendo a sus visitantes hasta exóticos e indómitos lugares como la Gran Cruz, la Gruta del Monje o el Valle de los Helechos de la Reina, entre otros.
Millas y millas cognadas por vegetación procedente de los cinco continentes, que transformaron este espacio natural en uno de los pulmones verdes más importantes de Portugal.

Tras la muerte de la reina María II en 1853, Fernado contrajo matrimonio con la cantante de ópera y condesa, Elise Hensler, junto a la que amplió las dependencias del palacio, alzando el conocido como Chalet de la Condesa de Edla; un edifico de dos plantas de inspiración alpina, muy afín a la estética del alcázar.

A su fallecimiento, fueron Carlos I y Amalia de Orleans quienes pasaron largas temporadas estivales en el complejo. Tanto es así, que fue entre sus muros donde la reina recibió la noticia de la Declaración de la República, el 5 de octubre de 1910; partiendo de inmediato hacia la ciudad de Ericeira para embarcar rumbo a Gibraltar.
Ese mismo año, el Palacio da Pena fue clasificado como Monumento Nacional, erigiéndose representante del paisaje cultural de Sintra, hoy considerado Patrimonio de la Humanidad.

Finalmente, en 2007, Parques de Sintra pasó a hacerse cargo de la gestión del espacio, posicionando el palacio dentro de la Red Europea de Residencias Reales gracias a su extraordinaria conservación, las encomendables labores de restauración llevadas a cabo y su consecuente revalorización.

Panorámica del Palacio da Pena tras la niebla.

¿Cómo llegar hasta él?

Sintra está situada a escasos treinta kilómetros de Lisboa, por lo que llegar allí desde la capital no es nada complicado, ya que la localidad cuenta con unas excelentes comunicaciones.
A continuación, os revelamos cuáles son las opciones de las que disponéis.


En coche

Tal como os comentábamos líneas atrás, acercarse hasta Sintra en coche solo os llevará treinta minutos.
Bastará con que toméis la autovía IC19 que conecta Lisboa con el municipio, y sigáis las sucesivas indicaciones. Ahora bien, actualmente el tráfico en el núcleo urbano ha sufrido algunos cambios, siendo imposible el acceso para vehículos privados tanto al palacio, como a su centro histórico. Por lo tanto, deberéis dejar vuestro automóvil en alguna de las zonas de estacionamiento habilitadas en el extrarradio y desde allí, subir caminando hasta la fortaleza o tomar uno de los autobuses de línea 434 hasta el Parque da Pena.


En tren

Si sois de los que preferís desplazaros en transporte público, el tren es vuestra mejor opción.

Para ello deberéis dirigiros hasta la Estación de Rossio, situada en el centro de la capital portuguesa, desde donde parten convoyes en dirección a Sintra cada media hora.
El tiempo medio del trayecto es de unos cuarenta minutos y el precio del billete asciende a 2’30 €.
Una vez apeados en el municipio deberéis escoger una de las alternativas anteriormente sugeridas para llegar al palacio, tomar uno de los autobuses de la 434 o subir andando.


En autobús

Llegar hasta la bella Sintra en autobús es posible, pero lamentablemente solo entre el 1 de abril y el 30 de setiembre; por lo que, si tenéis pensado realizar vuestro viaje fuera de estas fechas, no podréis disponer de esta alternativa.

Sea como sea, os proporcionamos los detalles.

La empresa que se encarga de ofrecer el servicio es Vimeca Transportes, a través del conocido como Sintra Express (núm. 35), el cual realiza diversos trayectos entre las nueve de la mañana y las siete de la tarde, que parten de la Plaza Marques de Pombal, en Lisboa, y finalizan en la estación de trenes de Sintra.
El precio de los billetes sencillos es de 10 €; 15 si adquirís ida y vuelta. Y si abonáis 5 € más podréis hacer trasbordo y tomar el autobús de la línea que llega hasta las puertas del palacio.
En la web de oficial de la compañía encontraréis toda la información.

Excursiones organizadas

Por último, están las excursiones organizadas con guía, las cuales pueden contratarse cómodamente antes o durante vuestra visita a Portugal.
Existen numerosas entidades que planifican tours con los que, además de descubrir Pena y sus alrededores, conoceréis otros lugares próximos de gran interés.

Interior de la Estación de Rossio, Lisboa.

¿Qué ver durante su visita?

Erigido como una de las mayores representaciones del estilo romántico acontecido durante el s. XIX en tierras lusitanas, este fascinante castillo, residencia de la familia real portuguesa, posee numerosos rincones y atractivos que descubrir entre los que encontraréis:

La Puerta de la Rosa

Entrada principal que os permitirá el acceso al perímetro del palacio.

De estilo arabesco, este paso fue construido tomando como inspiración la Puerta de la Justicia de la Alhambra de Granada.

Puerta de la Rosa, Palacio da Pena.

La Puerta Monumental

Situada a escasos metros, encontraréis otra puerta, la Monumental y su puente levadizo de reminiscencia medieval.

A destacar el arco de acceso profusamente ornado.

Puerta Monumental del Palacio da Pena, Sintra.

La Terraza del Tritón

Sin duda uno de los rincones más pintorescos que ver durante vuestra visita al Palacio da Pena.

Una fantástica terraza en la que la protagonista es la grotesca figura de un tritón que sujeta una ventana; y desde la cual podréis contemplar unas fantásticas vistas de los alrededores de la fortificación, y como no, de la exótica Sintra.

Figura de Tritón en el Palacio da Pena, Sintra.

El Patio de los Arcos

La zona más fotografiada del recinto.

Precioso y colorido patio arcado de tonos ocres en el que se ubica la pequeña capilla real, una de las estructuras del antiguo monasterio que no fue afectada por el terremoto que azotó el país.

Patio de los Arcos, Palacio da Pena.

El Paseo de Ronda

Se trata de un camino estrecho trazado sobre las murallas del palacio que rodea su perímetro desde el Patio de los Arcos hasta la Terraza del Tritón.

¿Su must?, las impresionantes panorámicas de la sierra y del Castelo dos Mouros (otro de los enclaves indispensables a descubrir durante vuestro viaje a Sintra) que pueden apreciarse durante su recorrido.

Panorámica de Sintra desde el Palacio da Pena.

El Parque da Pena

Tal como comentábamos al inicio de este post, el Palacio da Pena se encuentra situado dentro del homónimo parque. Una pequeña reserva natural en la que idílicos jardines y abrumadores miradores, como el de la Cruz, toman especial protagonismo en medio exóticas especies botánicas procedentes de diversas partes del mundo.

Parque da Pena, Sintra.

Tras el recorrido por los exteriores, llega el momento de que conozcáis el alma del castillo. Salones y aposentos adecuadamente decorados que evocan tiempos gloriosos en los que es fácil imaginarse como protagonistas de hazañas principescas y libros de caballería, entre los que destacan:

El Claustro Manuelino

Revestido de azulejos hispanoárabes de cuerda seca ornados con motivos geométricos (característicos del estilo Manuelino), este pequeño claustro de dos plantas construido en 1511 forma parte, también, de los espacios originarios del antiguo monasterio Jesuita que se alzaba en el lugar tiempo atrás.

A lo largo de su perímetro fueron construidas algunas de las habitaciones reales, con el fin de proporcionar paz y descanso a los monarcas que en ellas se alojaban.

Sin duda, uno de los lugares más especiales en los interiores de palacio.

Claustro del Palacio da Pena, Sintra.

Los Apartamentos del rey Don Carlos

Durante las largas temporadas que su majestad Carlos I pasó en el complejo, hizo uso de las dependencias situadas en la planta baja del claustro, cediendo los espacios superiores a su esposa, la reina doña Amalia.

Entre las habitaciones más destacadas se encuentran el Gabinete del Rey, convertido en lugar de trabajo y zona común; y su dormitorio, profusamente decorado con pinturas que representan a las ninfas y faunos del Parque da Pena.

Apartamentos Rey D.Carlos, Palacio da Pena.

La Habitación de Don Fernando

La cámara principal de todo el recinto, situada en el antiguo atrio del convento y desde la cual pueden divisarse las mejores vistas del Castillo dos Mouros.

Un espacio de decoración neo morisca del s. XIX, que refleja los exóticos gustos que tenía Don Fernando, y del que se apropió en solitud, tras la prematura muerte de su esposa, la reina María II. Aunque años más tarde compartió con su nueva compañera, la condesa de Edla.

Interior de la habitación del rey Don Fernando, Palacio da Pena.

El Gabinete de la Reina

Se trata de la que fuere en su día la habitación de Elise Hensler, Condesa de Edla y que, años después, se convirtió en gabinete de su majestad Doña Amalia.

Actualmente, pueden apreciarse tanto el mobiliario, como la decoración original de la estancia. Piezas entre las que se hallan algunas obras en porcelana de Meissen y madera de palisandro.

Interior gabinete de la reina, Palacio da Pena.

La Sala de Visitas

Una sala amplia con muebles antiguos portugueses que evocan la clase social y posición que ocupa la aristocracia del s. XIX y en la que hallaréis la única pintura mural figurativa de todo el palacio, que hace alusión a la exquisita arquitectura islámica.

Sala de visitas, Palacio da Pena.

El Cuarto Verde

Erigido como antecámara del salón de visitas, en este cuarto de decoración mural se encuentran los cuatro bustos que representan a Don Pedro V; Louise de Orleans, reina de Bélgica; Carlos Alberto, rey de Cerdeña y la Alegoría del invierno.

Busto de Don Pedro V.

El Gran Salón

La dependencia más amplia y bella de da Pena. Una sala concebida como espacio relajado y distendido en el que los monarcas disfrutaban de sus extensos ratos de ocio en compañía de ilustres invitados.

Espejos, porcelanas, vidrieras y candelabros de diversos estilos y procedencias, otorgan al Gran Salón un carácter ecléctico y cautivador que os hipnotizará.

Interior de uno de los salones del Palacio da Pena, Sintra.

Los Cuartos de Don Manuel II

Compuestos por el dormitorio y el despacho de Don Manuel II, el último rey de Portugal.

En estas dos estancias encontraréis diversos objetos y esculturas pertenecientes a la colección de antigüedades real, así como el escritorio original que perteneció a su alteza.

Esculturas pertenecientes a los Cuartos de Don Manuel II, Palacio da Pena.

El horario

El horario para visitar el Palacio da Pena durante el verano es de 9:30 a 19 h, con un último acceso a las 18:15 h; mientras que el parque permanece abierto de 9:30 a 20 h, permitiendo las entradas hasta justo una hora antes del cierre.

En temporada baja, de noviembre a abril, el acceso está permitido entre las 10 y las 18 h, tanto para el palacio como para el parque.

Da Pena abre sus puertas todos los días del año, a excepción del 25 de diciembre y el 1 de enero.

Las entradas

La adquisición de entradas para conocer el parque y el alcázar puede realizarse a través de su página web oficial o en las taquillas situadas en la entrada.

Su precio varía en función de la edad del visitante y de si solo se quieren conocer sus exteriores o, por el contrario, realizar un tour por el interior de las dependencias.

Como datos relevantes, añadir que, si por ejemplo, adquirís vuestro billete en la taquilla para conocer simplemente los alrededores del palacio y, una vez dentro cambiáis de opinión, os bastará con abonar la diferencia de precio para poder entrar.
Además, si el acceso lo realizáis entre las 9:30 y 10:30 h, las entradas os costarán 1 € menos.

Precios

Entradas Palacio + Parque

  • Adultos:14 €.
  • Niños entre 6-17 años:12,5 €.
  • Personas < de 65 años:12,5 €.
  • Entrada familiar (2 adultos + 2 jóvenes): 49 €.

Entradas Parque

  • Adultos: 7,5 €.
  • Niños entre 6-17 años: 6,5 €.
  • Personas < de 65 años: 6,5 €.
  • Entrada familiar (2 adultos + 2 jóvenes): 26 €.
Contacto

¿Cuál es la mejor hora y época para acudir?

Cualquier época es ideal para visitar el Palacio da Pena, uno de los monumentos más atractivos y turísticos de todo Portugal; aunque sin duda, las mejores estaciones son las de primavera y otoño, momentos en los cuales, sus jardines lucen con gran espectacularidad.

A partir de este precepto y con la voluntad de ahorraros grandes aglomeraciones, sea cual sea el período del año en que decidáis realizar vuestro viaje, nuestra sugerencia es que si podéis, optéis por programar su acceso entre semana y a primera hora de la mañana para que disfrutéis del lugar con mucha más calma.

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