Existe el prejuicio que tras la caída del Imperio Romano, en el año 476, todo fue una era de sombras y decadencia que se vivió en la Edad Media. Esa visión generalista se rompe cuando se analizan los datos reales de lo que ocurrió en aquella época, sus personajes, sus hechos y sus símbolos. La basílica de San Vitale de Ravenna es uno de esos espacios indispensables a visitar en la capital de la Emilia Romagna en Italia, ya que nos deja un rastro de valor incalculable sobre la búsqueda y conquista de la gloria perdida en un momento en el que el cristianismo empezaba a ser mayoritario en el mundo europeo.
Para comprender la relevancia de este templo y animaros a su visita os vamos a ofrecer una imagen del contexto en el que nació y que simboliza para su momento. Emprendiendo esta labor, hablaremos primero del mayor gobernante de Europa durante la construcción de San Vitale, Iustinianus I. Este personaje que fue emperador del Imperio Romano de Oriente (Imperio Bizantino) y entre los años 527-565 sería la figura que le otorgaría un gran valor a esta ciudad italiana, haciendo de ella la capital de su terreno recuperado. El objetivo claro de Justiniano era reconquistar todo el terreno occidental que se perdió en siglos anteriores.
Su contexto, construcción y referentes: El Mausoleo de Galla Placidia
Poco antes del nombramiento de Justiniano como emperador romano de Oriente en el año 526, se iniciarían las obras de San Vitale. Por aquel entonces, la Península Itálica estaba dominada por el pueblo de los ostrogodos y su rey Athalaricus. Esta era una época particular, ya que el rey tenía la oposición de su madre Amalasuintha, la cual gustaba de tener buena relación con los romanos de oriente y los que vivían en su territorio. Bajo estas circunstancias el obispo Ecclesius estaba promocionando la construcción del templo y en ella se tomarían muchos rasgos de la arquitectura bizantina de entonces. Ese factor ocurría debido a que el Imperio Romano de Oriente era la zona más rica e influyente de Europa.
¿Que tiene de especial el estilo bizantino? Pues este era heredero del arte de la Roma clásica, pero con un mayor dominio del ladrillo en la parte exterior, una cúpula sobre tambor que marca el centro de la estructura y una tendencia humilde en el exterior pero rica de mosaicos decorando el interior. Ese aspecto podría ser heredero de los edificios civiles de época imperial romana que habían sido reconvertidos a templos del primer cristianismo (o dicho de forma culta, paleocristianos). También por aquel entonces estaba surgiendo en Constantinopla (Estambul) el otro templo revolucionario de aquellos tiempos, Ayía Sofía (Santa Sofía de Constantinopla), el cual adquiría su aspecto actual por la promoción de Iustinianus y del que hicimos una guía útil de visita.
También en la propia Ravenna, justo a su lado, existía desde el siglo anterior una construcción funeraria que marcaba una base de lo que lograría San Vitale. El Mausoleo de Galla Placidia, construido entre los años 425-450 era un estandarte, una idea de gran calidad que se podía desarrollar a mayor escala e inspirándose en la maestría de sus mosaicos interiores. Por eso, es tan clave entender que aunque hubiera caído el Imperio Romano de Occidente en el 476, eso no significaba despertarse medieval y querer desprenderse del legado que admiraban. Por ello, muchos historiadores consideran que se vivió una Antigüedad Tardía hasta más o menos el año 700.
Si volvemos al siglo VI, tras el paso de los reyes Theodatus y Vitiges, llegaría la conquista de Ravenna por parte de Iustinianus en el año 540. Para entonces era el obispo Maximianus el que estaba promoviendo las obras de San Vitale y también de otro templo clave de la ciudad, la Basílica de Sant’Apollinaire in Classe. Igualmente, un benefactor llamado Julius Argentarius ayudaría a financiar los mosaicos interiores, los cuales serían acabados en el año 547. En ellos se especula que se sustituyó el retrato del anterior obispo por el de Maximianus y su nombre inscrito sirve para dejar patente la identidad del retratado. La aparición de Iustinianus (centro) y Maximianus juntos en él no es gratuita ya que este último era protegido y representante del emperador en la ciudad.
La obra a través de su estilo y técnica
El exterior de San Vitale es una mezcla de sensaciones ya que por un lado es un edificio que no busca ser llamativo en decorados, pero que atrae miradas por su estilo que nos habla de otros tiempos y su presentación casi exenta (se aguanta por sí misma con edificios sólo en una cara) que le da mayor solemnidad y grandeza. Como hemos explicado antes, el acabado en ladrillo nos define su rostro externo y le da una cierta atemporalidad. Y es que muchas veces nos hacemos una imagen mental de las ciudades romanas muy blancas y dominadas por el mármol cuando la realidad dominante era más parecida a este edificio o al Mercado de Trajano en Roma. También de su exterior son llamativos los arbotantes que ayudan a canalizar bien el peso de la estructura al suelo.
La torre central, a la que se le llama en arquitectura cimborrio, nos oculta la cúpula de la basílica y tanto este como los dos niveles inferiores del edificio tienen una forma octogonal. Pero nuestro interés se va a focalizar en el interior de esta construcción ya que en él se conserva un conjunto artístico muy relevante, su decoración mural. Estas decoraciones de gran complejidad y detallismo abarcan dos épocas muy distantes entre ellas: el mundo tardoantiguo y el Barroco. La parte barroca es todo el espacio principal bajo la cúpula y en ella apreciamos un arte que se ha sofisticado creando efectos visuales y haciendo representaciones realistas dentro de lo espiritual y religioso que es su contenido. Curiosamente, esta parte es la que ha padecido un mayor desgaste debido a su técnica, la pintura mural al fresco.
Si queremos hacer referencia a la parte que más representa la relevancia de San Vitale, debemos fijarnos en sus mosaicos del siglo VI. En ellos se representa varias escenas bíblicas en las que se muestra el acto eucarístico (parte baja) y figuras de mayor rango como ángeles o personajes que representan a Dios en la Tierra (parte alta). En la parte interior del arco se nos representa a Cristo y los 12 apóstoles con retratos que nos hablan del estilo bizantino: belleza más esquemática en la que los personajes tienen sus características diferenciales pero siguen un patrón común de estilo más sencillo. Igualmente se percibe mucho que se está en un momento de impás estilístico en el que se utilizan elementos florales y cuernos de la abundancia muy típicos del mundo romano, con otras escenas o elementos de la nueva iconografía cristiana.
Otro elemento que nos expone claramente esta era de transición es el presbiterio donde están los mosaicos de Iustinianus y su séquito (izquierda), la emperatriz Teodora y su séquito (derecha) y finalmente el ábside decorado con un Cristo helenizado y las figuras de San Vitale y Ecclesius rodeándole. Los primeros quieren mostrar un entorno imperial que quiere conservar el aspecto glorioso romano con sus ropajes y la solemnidad de su representación. Incluso al emperador y a su mujer se les presenta con un aspecto joven, cuando en aquel momento ya eran ancianos en una clara visión de solemnidad y atemporalidad. Igualmente ese Cristo nos muestra un momento histórico en el que se debatía entre una imagen del hijo de Dios más griego/occidental (imberbe y joven) o más siriaca/oriental (barbuda, madura y tez más morena).
Curiosamente a este templo nunca se acercaría el propio emperador Iustinianus, pero promovería que este tuviera un protagonismo crucial en la que estableció como su capital de occidente. Maximiano tenía la labor de promover la misma gloria artística que había en Constantinopla pero en Ravenna. Este obispo de Istria (actual Croacia) no tendría la mejor reputación por parte de la población de la ciudad, pero el emperador le ofrecería su apoyo y protección e incluso regalándole un trono en su honor. También cabe destacar que se discute por historiadores del arte si este templo influyó en el desaparecido Palacio Ceremonial de Constantinopla (edificio imperial más relevante de la época) o fue al revés. Por fechas parece que San Vitale es anterior en construcción, ya que el Palacio Ceremonial o Chrysotriklinos se asocia al siguiente emperador, Iustinos II (reinado 565-578). Esta también pudo influir a la Capilla Palatina de Carlomagno en Aachen.
Como llegar
Aunque el aeropuerto más cercano a Ravenna es el de la propia ciudad, pero el más cercano y accesible desde el extranjero es el de Rimini. Al llegar a él, tomaremos la Vía Flaminia por la izquierda y luego giraremos a la derecha para acceder a través de un callejón a la Viale Losanna. Volveremos a tomar esta hacia la izquierda y siguiendo recto tendremos la parada del Bus 124. Este bus lo tomaremos hasta la parada Rimini FS en la que tendremos el tren regional que nos acercará hasta Ravenna en más o menos 1 hora. Ya en Ravenna, la línea 1 de bus nos acercará al centro donde deberemos tomar: Via Paolo Costa/Ponte Marino, girar a la izquierda por Vía Salara, luego a la derecha por Vía San Vitale y finalmente a la derecha en Via Galla Placidia.
Horario
San Vitale y Galla Placidia: De lunes a domingo 9 a 18:45h
Precios
Ticket completo: 12,5 euros (precio normal), 11,5 euros (precio reducido)
*Este ticket incluye a todo el conjunto de templos paleocristianos del centro de Ravenna: Basílica de San Vitale, Basílica de Sant’Apollinaire Nuovo, el Museo Archiepiscopal, el Baptisterio Neoniano y el Mausoleo de Galla Placidia*
Contacto
San Vitale de Ravenna y Mausoleo de Galla Placidia:
- Teléfono: +39 0544 541688
- Web: ravennamosaici.it
- Dirección: Via San Vitale, 17, 48121 Ravenna RA, Italia (ver en Google Maps)