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El Arco de Rua Augusta

Puerta de entrada a la Baixa, el Arco de Rua Augusta es uno de los monumentos arquitectónicos más emblemáticos de Lisboa. Impresionante, singular y único, desde lo alto de su cima puede contemplarse todo aquello que hay que ver en Lisboa.

Detalles históricos

Erigido como símbolo de fuerza de la capital lusa, tras las catástrofes naturales que azotaron la ciudad en mil setecientos setenta y cinco, este arco monumental es una oda a la resiliencia, el coraje y la fuerza del pueblo portugués.

Concluida su construcción definitiva en mil ochocientos setenta y tres, de la mano de José Veríssimo da Costa; ya que una primera versión en que se concebía el proyecto como torre campanario fue demolida; el Arco de Augusta inicia una etapa de reconstrucción en la ciudad caracterizada por una arquitectura rica y opulenta que intenta dejar atrás la huella imborrable de la devastación, el horror y la tragedia.

Considerado como símbolo de “Virtvtibvs Maiorvm” (las virtudes de los más grandes), esta inscripción latina que puede apreciarse durante su visita representa un homenaje a los valores patrióticos. Es por eso que sin duda está considerado el arco del triunfo portugués.

Maravillosamente conservada, esta joya cultural e histórica reabrió sus puertas en dos mil trece tras una exhaustiva rehabilitación que dotó al monumento de un fantástico mirador desde el cual deleitarse con las más bellas vistas de la Baixa Pambolina, su Plaza del Comercio, la Sé de Lisboa, el Castillo de San Jorge, y como no, del estuario del río Tajo. Una obra que casi logró alcanzar la escandalosa cifra del millón de euros, pero que ha convertido al Arco de Rua Augusta en uno de los mejores miradores de la ciudad.

Vista de la calle que recorre los bajos del Arco de Rua Augusta, en Lisboa.

Descubriendo el Arco de Rua Augusta

Punto de referencia en capital (desde aquí parten muchos de los tranvías y autobuses que recorren la ciudad) tanto para foráneos y lugareños, Rua Augusta es inicio de un viaje que nos invita a descubrir una historia de argumento trascendente. A veces incluso amarga y dolorosa, pero qué como todas las grandes historias, posee un final feliz.

De majestuosa imponencia, esta entrada monumental a la ciudad, une la Plaza del Comercio con una de las arterias de la capital, Rua Augusta; dirigiéndonos directamente a su epicentro histórico.

Culminada por varias esculturas, las del primer piso son obra del artista Vitor Bastos. Las figuras reclinadas, representando a los ríos Tajo y Duero o las estatuas de Nuno Álvares Pereira, figura relevante de la independencia de Portugal del Reino de Castilla; el Marqués de Pombal, protagonista del renacimiento de la ciudad tras el terremoto de mil setecientos setenta y cinco o de Vasco de Gama, conocido explorador que abrió la ruta marítima con la India; son algunas de las representaciones de grandes personajes y símbolos de la historia portuguesa que podremos admirar.

La parte superior reserva su ubicación a las obras de Celestín Anatole Calmels, las cuales evocan el valor, la gloria y el genio del pueblo luso. Unas esculturas que casi alcanzaremos con nuestras manos desde el mirador situado en lo alto del Arco.

Pero no solo podremos contemplar una de las vistas de Lisboa menos conocidas por los turistas. En la Sala do Relogio, ubicada dentro del propio mirador, podremos visitar la exposición que recorre la historia de la construcción del Arco desde sus inicios en el s. XVIII.

Detalle de la parte superior del Arco de Rua Augusta, en Lisboa; donde se aprecia la inscripción en latín "las virtudes de lo

Visitando el Rua Augusta

Contemplar la riqueza arquitectónica del Arco de Rua Agusta es totalmente gratuito y puede realizarse durante cualquier día del año y en cualquier momento. No obstante, creemos obligada la visita a su interior y como no, a su extraordinario mirador, para conocer de primera mano la historia de todo un símbolo nacional.

Para llegar a la Plaza del Comercio, lugar donde se ubica, bastará con tomar alguno de los transportes públicos que nos ofrece la ciudad. En el caso del metro, cogeremos la línea azul, apeándonos en “Terreiro do Paço”. Si nuestra opción es tomar el autobús, deberemos recorrer a una de estas líneas, 728, 735 o la 759. Pero si optamos por el romanticismo del tranvía, nos subiremos en su línea 15, siempre apeándonos en la misma parada. Cabe señalar que tanto los autobuses como los tranvías de la ciudad operan a través de la misma compañia, Carris.

Una vez allí podremos acceder al monumento adquiriendo su entrada o alguno de sus billetes combinados, con precios que oscilan entre los 3 y los 11,50 €, dependiendo de nuestra elección; aunque adquiriendo la Lisboa Card, el acceso está incluido.

El horario de visita es de lunes a domingo, de diez de la mañana a siete de la tarde, a excepción de los lunes; jornada en la que el Arco cierra sus puertas a las cinco.

Así que no hay excusa para disfrutar de uno de los mayores atractivos turísticos que nos ofrece la ciudad para recrearnos con sus panorámicas y hacernos partícipes de un fragmento de su historia.

Contrapicado de los bajos del Arco de Rua Augusta, en Lisboa
Horario
  • Lunes: De 10:00 a 17:00 h.
  • Martes - Domingo: De 10:00 a 19:00 h.
Precio
  • Entrada general:  3 €
  • Niños menores de 5 años: Acceso gratuito.

Billetes combinados

  • Arco + Historia, para adultos: 8€
  • Arco + Cuento, para niños 4,50€
  • Arco + Bacalao, para adultos: 6€
  • Arco + Bacalao, para niños: 4€
  • Arco + Cuento + Bacalao, para adultos: 11,50€
  • Arco + Cuento + Bacalao, para niños: 7€

(Lisboa Card: Acceso incluido).

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