Considerado "la cocina de Japón", Osaka es una de las ciudades más importantes tanto del país nipón, como de la región de Kansai. Si bien la experiencia principal se basa en su gastronomía y los mercados y ferias de comida callejera, Osaka es más que un restaurante gigante.
Muchas son las actividades y aventuras a realizar en esta localidad japonesa y, si bien ya hemos comentado su principal atractivo, no os dejéis engañar. La multiculturalidad, y su gran potencia económica, convierten Osaka en una montaña rusa, ya no tanto de clases sociales, sino de distritos totalmente opuestos, donde podemos encontrar desde una sencilla paradita de fideos a la sede de Panasonic.
Otro dato a tener en cuenta es que, Osaka, es el centro de investigación por excelencia del país. Ahí encontramos las mejores universidades y corporaciones científicas y, junto con una memoria histórica al nivel de su capacidad productiva, dicho destino se vuelve mucho más complejo de lo que esperábamos.
Ocio y restauración
Vamos a empezar por algo fácil y típico. Si bien puede que no sea vuestra asignatura favorita, hay que aprobarla para pasar de curso. Así que empecemos nuestro viaje virtual por Osaka.
El área de Dotonbori
La zona turística por excelencia. Dotonbori nace a principios del siglo XVI, pocos años después de la publicación del Quijote, por un comerciante llamado Yasui Doton, el cual quería dividir y expandir el río Umezu para crear un nuevo canal de agua local que conectara directamente con el río Kizugawa. Esta idea estaba basada en el hecho de agilizar la comercialización entre los pueblos cercanos, creando un atajo acuático para elevar la comunicación entre vecinos. Por desgracia, Doton murió durante el asedio de Osaka en 1615, provocando que los primos de mercader completaran el proyecto en su honor, nombrándolo Dotonbori (el canal de Doton).
Si bien toda esta zona fue conocida durante siglos como un lugar cultural, debido a los bombardeos durante La Segunda Guerra Mundial, muchos de estos edificios emblemáticos fueron destruidos y, con ello, una de las artes universales fue eliminada del interés urbano de Osaka, cosa que llevó a la evolución que vemos culminada hoy en día: un lugar para atrapar a los turistas y provocar que dejen su dinero.
Además de todo esto, es cierto que muchos restaurantes tradicionales se encuentran en Dotonbori, los precios pueden herir sensibilidades y, dejando a banda que la calidad de la comida será de gran calidad, siempre existe la posibilidad de encontrar ese restaurante pequeño y apartado donde producen comida casera para los clientes de toda la vida.
Takoyaki
El plato estrella de esta ciudad, no solo en el contexto de la comida callejera, sino en el campo de la gastronomía universal. El Takoyaki, o bolitas de pulpo, El Takoyaki, o las bolitas de pulpo, se vale de una composición de harina de trigo, trozos de pulpo, jengibre troceado y alga nori como base para la elaboración de estas bolitas.
Si bien sencillo en planteamiento, requiere una habilidad especial en caso que las cocines solo con una plancha. Si bien venden moldes redondeados especialmente diseñados para fabricar esta delicia, en los mercados y ferias de comida callejera de Japón suelen hacerlo de manera más tradicional, cosa que eleva su mérito sustancialmente.
Los chefs se valen, normalmente, de dos palillos para hacer bailar la masa hasta darle su forma circular característica, llevando el concepto de la paciencia a límites que muchos no seríamos capaces de alcanzar ni para salvarnos la vida.
Un detalle importante, pero, es el hecho que debéis estar muy seguros del sitio donde vais a disfrutar del Takoyaki, pues según que antro os puede servir producto de calidad cuestionable y, creedme, no queréis coger una indigestión con pulpo pasado. Nunca.
El Takoyaki, es típico de la región de Kansai, en ciudades como Osaka o Kobe, siendo la primera su lugar de origen.
Monumentos históricos
Saltamos de tema y vamos a una de las secciones más populares de todo viajero: estudiar y visitar los monumentos o hechos que han marcado la evolución de una ciudad en cuestión. En este caso, veamos qué nos puede ofrecer Osaka.
La capilla de Namba Yasaka
Esta capilla tiene un diseño único, con una cabeza de león en la entrada. Si bien es pequeña, es un símbolo local muy importante tanto para la cultura como historia de Osaka y sus habitantes.
Si os agota el consumismo compulsivo del barrio comercial de Namba Park, esta capilla os puede ayudar a aislaros durante una o varias horas. Si bien el edificio parece conservarse en pleno estado, en realidad, no deja de ser una escenografía de lujo. La capilla original de Namba Yasaka fue destruida debido a varios incendios y bombardeos durante largos siglos. Después de La Segunda Guerra Mundial, se inició un proyecto de reconstrucción que, si bien consiguió un resultado admirable, nunca será lo mismo que palpar el material original y leer su historia entre paredes que podían contar infinidad de historias.
Se recomienda encarecidamente visitar esta capilla durante la época primaveral, pues es cuando florecen los cerezos rosados, inmortalizados en la cultura japonesa desde hace generaciones.
El castillo de Osaka
Situado en el centro neurálgico de la ciudad, el castillo de Osaka data del siglo XVI, concretamente de la transición del periodo Sengoku al periodo Edo. También conocido como el periodo Azuchi-Momoyama, estos edificios eran la simbología directa del feudalismo japonés, donde el daimio (el señor feudal japonés) aplicaba su tiranía y hacia producir a todos sus granjeros para quedarse una novena parte de los alimentos conreados.
Por suerte, hoy en día es un monumento histórico, que si bien de importante calibre, no parte de la opresión sino la divulgación de la cultura, pues es un museo, concretamente el más visitado de Osaka.
Construido encima de dos plataformas naturales con piedra cortada y un pozo en el centro, imitando el modelo europeo. Con ocho pisos de altura, el castillo de Osaka se ha convertido en algo muy importante para ver y visitar en la capital gastronómica pues, además de todo esto, es el punto de encuentro popular durante las festividades del hanami, o celebración del cerezo japonés.
Cerca de Osaka: el templo budista Todai-ji
Dos pueblo más allá de Osaka, se encuentra Nara, un lugar de humilde tamaño, en comparación con otras ciudades japonesas de gran calibre, la cual alberga un templo antiguo en el cual se practicaba el budismo más tradicional: el templo Todai-ji.
Considerado uno de los siete grandes templos budistas, Todai-ji fue fundado en el año 738, aunque, si bien es verdad, no entró en funcionamiento hasta el 752.
Todai-ji es uno de los edificios de madera más grandes del planeta a día de hoy. En su interior, en el gran hall del budismo, encontramos la estatua budista más grande del mundo (hecha con cobre), elevándose hasta los 15 metros de altura. Dicho titán requirió 2.6 millones de personas para completarlo. Una proeza de escala celestial.
Debido a su extensa duración histórica, Todai-ji es una colección imprescindible para entender la evolución de la escultura budista japonesa, concluyendo en su puerta principal, Nandaimon, donde se hallan dos estatuas gigantes que representan dos guerreros responsables de proteger a Buda. Según si tienen la boca abierta o cerrada, representan el inicio del budismo japonés y su conclusión.
Localizaciones complementarias
Para acabar este recorrido por la región de Kansai, os proponemos dos lugares complementarios para visitar si tenéis tiempo extra en vuestro viaje.
Si bien las presentamos como complementarias, no os recomendaríamos nada que os hiciera perder el tiempo.
Umeda Sky Building
¿Os gustan las alturas? En caso de respuesta afirmativa, os recomendamos visitar un edificio muy particular situado al lado de la estación central ferroviaria de Osaka: el Umeda Sky Building.
Sede del jardín flotante característico de Osaka, este edificio ofrece vistas panorámicas de 360º para poder contemplar la capital de esta región en todo su esplendor. Todo ello encima de un plataforma en forma de donut, para que no se pierda el espíritu internacional.
En un día de máxima claridad, seréis capaces de ver hasta la isla de Awaji en el horizonte. Como apunte muy importante, pero, este es un observatorio totalmente abierto y, teniendo en cuenta todas las corrientes de aire circundantes, recomendamos abstenerse de posesiones que puedan aprender a volar.
Dentro del mismo Umeda Sky Building podréis disfrutar de servicios de cafetería y un restaurante chino. Si no siempre os queda bajar y navegar por una de las mejores calles gastronómicas de la metrópoli nipona: Takimi-Koji.
El acuario de Osaka
Considerado el acuario más importante del mundo, este zoo acuático es un imán de turistas insultante y la localización prioritaria del turismo masivo.
Con 15 tanques enormes, este acuario acoge decenas de especies del océano pacífico, de tiburones a los pescados más humildes, todo culmina en la posibilidad de interactuar en primera persona con un pingüino, indiferentemente de que te preguntes qué hace en Japón y cómo puede aguantar las temperaturas estivales.
Si bien no es una experiencia tranquila debido a las multitudes, y tampoco barata, os presentamos esta alternativa igualmente, aunque, si tenéis principios de agorafobia, podéis prescindir de ello.
Y hasta aquí esta odisea por la bonita Osaka. Sin duda, un viaje complejo y rico en cultura e historia. Planeadlo bien, pero, o os podéis encontrar en plena temporada alta, y eso sí que es la más compleja de las dificultades.