Entre la magia escondida de Dinamarca, el país escandinavo que conecta Europa con el norte del mundo, se encuentra una isla que poca gente conoce, pero que será responsable de despertar múltiples emociones y sensaciones en todos vosotros.
La isla de Mon está situada al este de Dinamarca, cerca del Mar báltico. Lo que convierte a esta parte del país en uno de los destinos turísticos más visitados. Destaca por la belleza de sus páramos helados y sus vistas imposibles acompañadas de pendientes plateadas. Sus mercados locales y playas de arena blanca son también dignos de visitar.
Al estar entre Alemania y Suecia, siempre ha sido un territorio muy disputado por estos dos países, por tanto ha sido saqueada e invadida en varias ocasiones a lo largo de la historia.
Si visitas la isla de Mon, te costará distinguir si estás en Dinamarca o te encuentras en el mundo de Narnia.
Patrimonio de la UNESCO
Gracias a diferentes factores que convierten este paisaje en uno de los parques naturales de Dinamarca más únicos, la isla de Mon ha sido designada por la UNESCO como reserva natural protegida. Su nombramiento fue debido a un vídeo grabado con Drone hace años. Una vez que el vídeo fue recibido y visualizado en la central de la UNESCO, la entidad, ante la belleza y espectacularidad de las imágenes, decidió la declaración de Espacio Protegido.
Cuenta con una extensión de 218 km² y su territorio es prácticamente plano, exceptuando la costa este, donde se sitúan sus famosas colinas de yeso. Sí, se trata el mismo material que se utiliza en las escuelas. Lo interesante es el contraste que existe entre dichos barrancos pálidos y los bosques verdes que se llegan a alcanzar hasta 137 metros de altura.
Es como si hubiéramos aterrizado en un planeta diferente, donde dos ecosistemas tan opuestos conviven entre el respeto y la belleza colectiva.
Su suelo está constituido por barro muy fértil y es capaz de producir el suficiente grano como para alimentar a su complejo sistema de ganadería, el cual suministra a gran parte del país de carne de vacuno.
Sus orígenes se remontan a la prehistoria, y en ella se han encontrado cámaras funerarias de la Edad de Piedra. La isla de Mon también cuenta con varias iglesias del siglo XII, durante la transición entre la alta y baja Edad Media.
Por otro lado, Stege, la ciudad principal de la isla, solía ser la sede de la fortaleza real durante dicho siglo, dándole cobijo a la nobleza de la época y otras figuras de la corona.
Actividades exteriores
Una de las ventajas de visitar la isla de Mon, es la cantidad de actividades exteriores que podrás realizar una vez que decidas visitar dicho paraje.
Para empezar, los largos kilómetros de playas que rodean toda la isla, están siempre vacíos. Son un escenario único para sentirte libre y alejado de todos tus problemas y preocupaciones.
Aunque Mon, es famosa sobre todo por su monumento natural: el Mons Klint, un precipicio de más de 6 kilómetros de profundidad capaz de elevarse hasta los 128 metros en su otro extremo. Está compuesto también por yeso y crea una sensación de paraje alienígena.
En su cima, después de andar 496 escalones, se encuentra el mirador de Freuchens Pynt, el cual te aportará una visión completa de la isla en todo su esplendor. No obstante, si quieres llegar hasta allí, prepara bien tus piernas, pues tus cuádriceps van a sufrir.
El entorno natural facilita la oportunidad de practicar varios deportes . Desde la pesca (en determinados lugares) al parapente pasando por el piragüismo, el buceo o simplemente nadar en el mar.
Otras opciones son recorrer la isla en bicicleta o la ornitología. La isla de Mon también es un sitio ideal para buscar fósiles y ámbar, si quieres sentirte como un científico de Jurassic Park, probablemente este sea tu lugar.
Como actividad final, una de las cosas que no te debes perder en la Isla de Mon. Si sales a dar una vuelta por la noche, podrás contemplar la Vía Láctea por completo. De tal manera que parecerá que puedes tocar el firmamento con las manos.
Monumentos humanos y naturales
Dentro de tu viaje te recomendamos que dediques algún que otro día a hacer un viaje histórico y antropológico de la isla.
Para empezar con algo sencillo, asegúrate de que recorres las diferentes casas de productos artesanales que podrás encontrar en los pueblos que vayas visitando, dándote una visión más amplia de su cultura y tradiciones.
Por si esto fuera poco, si quieres profundizar todavía más sobre la evolución de esta isla, deberás ir de manera prioritaria a Fanefjord Kirke, un bonito templo gótico situado al lado de un cementerio.
Con el mar de fondo, en el interior de este templo único, podrás ver una colección de pinturas medievales que han sido consideradas como las más importantes y valiosas en todo el territorio danés. Este hecho convierte a Fanefjord Kirke en el monumento más importante de la isla.
Además de esta maravilla podrás encontrar dos iglesias con aire medieval, pero construidas en el siglo XIX. Estas son Keldy y Elmelunde y el Pabellón de Liselund. Dicho pabellón, dice la leyenda, que fue construido por un hombre como gesto de amor hacia su esposa. Es por ello que se pueden apreciar los rasgos arquitectónicos de varias corrientes europeas e incluso asiáticas.
Cambiando de dirección, y siendo posible ir a caballo o en bicicleta, la casa Liselund, del siglo XVII, yace al final de una colina enhiesta para, junto a la aldea de pescadores Klintholm Havn, hacer que te adentres y empatices todavía más con este pueblo situado en medio del mar nórdico.
Durante tu camino podrás encontrar tumbas de la Edad de Bronce que se remontan a los primeros asentamientos neolíticos.
Para rematar esta guía te vamos a recomendar dos visitas en las cercacías de la isla de Mon.
Por una parte, La Península de Ulvshale, reserva natural donde el mar es mucho más accesible, dándote la oportunidad de poder nadar en él, practicar el buceo o snorkel y la observación de la fauna bajo el agua.
Como última sugerencia, no te olvides de visitar la isla de Nyord, un pequeño territorio de origen feudal que todavía mantiene la misma estructura de hace trescientos años.
A partir de aquí, lo que ya quieras hacer será idea tuya.