Odessa

Visitar Odesa, un oasis en territorio ucraniano

Situada a orillas de su homónimo golfo, Odesa es la tercera ciudad más importante de Ucrania, tras Kiev y Járkov, y posee uno de los puertos más relevantes del país.

Mundialmente conocida por ser escenario de uno de los grandes clásicos de la cinematografía, “El Acorazado Potemkin”, la apodada como “Palmira del Sur” atesora un rico legado histórico gracias a las numerosas culturas que convivieron en el que fuere uno de los epicentros comerciales más destacados del continente durante el s. XIX.

Ucranianos, rusos, griegos, judíos, polacos, franceses, alemanes e italianos que hicieron de esta una de las localidades más bellas y ricas de la región.

Edificios de estilos eclécticos, calles adoquinadas, museos, monumentos, un gran número de espacios ajardinados, playas de arenas doradas y una vida sociocultural muy activa, erigen Odesa como la nueva joya de la Europa Oriental.

Detalles históricos

Las huellas de las antiguas Grecia y Roma se encuentran presentes en gran parte de la ciudad, aunque cabe señalar que los primeros asentamientos humanos en Odesa se remontan a la Edad de Piedra en el treinta mil a. C.

En el s. IV la ciudad fue invadida por los Godos, los cuales fueron expulsados por los Hunos en el año trescientos setenta y cinco. Estos hicieron desaparecer de la ciudad todas las manifestaciones helénicas que atesoraba, abriendo paso a otros pueblos como los ávaros, búlgaros, húngaros, jázaros, pechenegos y polovcianos; los cuales dominaron las grandes estepas entre los siglos IV y XIII.

Centenares de años después, la región fue ocupado por mongoles, genoveses, lituanos, tártaros y turcos, hasta que el catorce de septiembre de mil setecientos noventa y dos el territorio fue tomado por las tropas rusas conducidas por el conde José Ribas.

Dos años más tarde, Odesa fue fundada oficialmente por decreto de Catalina la Grande, convirtiéndose en uno de los puertos principales del sur del Imperio ruso. Una iniciativa que llevó a cabo Ribas y que se encargó de ejecutar el ingeniero holandés Franz Volán.

Las actividades comerciales y la buena gobernanza propiciaron un floreciente desarrollo de la ciudad, erigiéndola como meca de artistas, científicos e intelectuales durante el s. XIX.

Desgraciadamente, en abril de mil ochocientos cincuenta y cuatro, durante la Guerra de Crimea, la localidad fue bombardeada por fuerzas navales británicas y francesas, las cuales, gracias a la resistencia de los ciudadanos, fracasaron en su intento de desembarco.

A inicios del siglo XX, Odesa llegó a ser la cuarta ciudad más importante del territorio ruso gracias a sus excelentes comunicaciones, sus servicios y su amplia oferta cultural.

En mil novecinetos cinco se rodó el famoso largometraje “El Acorazado Potemkin”, un film en el que se hacía referencia a la revolución de los trabajadores acontecida en su entramado industrial.

A finales de la I Guerra Mundial, la localidad fue ocupada por tropas austríaco-alemanas, pero en mil novecientos veinte, los comunistas retomaron su control y Odesa pasó a formar parte de la República Socialista Soviética de Ucrania y más tarde fué incluida como territorio de la URSS.

Tras la guerra civil de mil novecientos veintiuno y la ocupación sufrida por alemanes y rumanos a partir de mil novecientos cuarenta, la localidad fue finalmente liberada por el Ejército Rojo el diez de abril de mil novecientos cuarenta y cuatro, recibiendo el título de "Ciudad Heroica" por su resistencia a las tropas hitlerianas.

Durante las décadas de los sesenta y setenta, el municipio creció exponencialmente, convirtiéndose en uno de los centros industriales más importantes de la URSS.

Finalmente, en mil novecientos noventa, Ucrania consiguió proclamarse estado independiente tras la caída del comunismo, pero los planes por desestabilizar al país y sus consecuencias sobre Odessa aún se dejan sentir en la hoy.

Imagen en blanco y negro de las Escaleras de Potemkin, Odessa.

¿Qué ver en Odesa?

Aunque sus costas y el ambiente nocturno son uno de los reclamos de la ciudad, Odesa es mucho más que hedonismo. Su centro histórico, sus decenas de museos, monumentos y edificios emblemáticos constituyen una de las ofertas culturales más atractivas de Ucrania.

A continuación, os sugerimos algunos de los imprescindibles que ver tierra adentro. Eso sí, no os olvidéis de visitar las playas de Lanzheron y de Otrada, dos de las más concurridas y populares de la zona.

La Escalera de Potemkin

Uno de los principales atractivos de la ciudad y su más icónica representación.

Construida por el arquitecto italiano Francesco Boffo en mil ochocientos cuarenta y uno, la Escalera de Potemkin es una de las más bellas de Europa.

Un conjunto arquitectónico que une el corazón de Odesa con la Estación Marítima y que fue encomendada por el príncipe Mijaíl Vorontsov como regalo a su esposa Elisabez.

Esta octava maravilla de ciento cuarenta y dos metros de longitud y ciento noventa y dos escalones ha contado con diversos nombres a lo largo de la historia hasta obtener la nomenclatura actual; elegida en congratulación a uno de los fundadores de Odesa, Su Serena Aleteza Grigori Potiomkin. Aunque sin duda, su fama viene precedida por ser elegida como uno de los escenarios cinematográficos más emblemáticos de la historia durante el rodaje de la aclamada obra de Sergéi Eisenstein, “El Acorazado Potemkin”.

Como toda construcción de edad, a la escalera le acompañan varias leyendas; como la que relata que cuando el antiguo Canciller de Alemania Helmut Kohl viajó hasta Odesa por primera vez, solicitó hacer una visita expresa a la edificación, confesando que desde niño había soñado con situarse en lo alto de esta para poder admirar la grandeza del paisaje marítimo que se divisa desde allí. O como la historia que narran los lugareños más pretéritos sobre los contrabandistas que escondían sus tesoros bajo los depósitos ocultos de sus escalones.

Con paso lento pero seguro, solo así se es capaz de contemplar una de las mayores obras de ingeniería pública ideadas por el hombre.

Cabe señalar, que para aquellos que presenten alguna dificultad por recorrer su trazado, existe un pequeño funicular que conduce hasta la cima y que funciona ininterrumpidamente desde las ocho de la mañana hasta las once de la noche.

Panorámica de la Escalera Potemkin, Odessa.

La Calle Derybasivska

La calle más famosa de Odesa.

Peatonal y adoquinada, Deribasovskaya es punto de encuentro entre turistas y lugareños y epicentro de la vida social de la urbe.

Multitud de tiendas, cafeterías, restaurantes y edificios de relevante importancia arquitectónica, confieren un encanto especial a esta vía que nos traslada irremediablemente al maravilloso s. XIX.

Proyectada al mismo tiempo que la ciudad, en esta calle se encuentra la estatua del almirante José Ribas; padre y primer alcalde de Odesa.

Junto a la avenida encontramos varios enclaves de interés como el Jardín Municipal, el primer parque que se construyó; o el conocido “Passage”, uno de los conjuntos arquitectónico de mayor belleza que atesora la localidad.

Calle Derybasovskaya, Odessa.

El Odesa Passage

Localizado entre las esquinas de las calles Deribasovskaya y Preobrazhenska, encontramos el Odesa Passage. Una de las construcciones más aclamadas del municipio.

Un edificio impecablemente erigido que combina a la perfección los estilos Barroco, Modernista y Clásico; reproduciendo un lujoso eclecticismo.

Situado en el centro de la ciudad, el Passage fue creado por orden expresa de Moisei Mendeleyevich, uno de los mayores importadores de Odesa; con el objetivo de convertir estas instalaciones en un exclusivo centro comercial y un hotel a la altura de su categoría.

Una planta baja ocupada por las tiendas más prestigiosas; un hotel situado en los pisos superiores con ciento sesenta y dos confortables habitaciones equipadas con los mayores avances tecnológicos proporcionados por el s. XIX; restaurante; sala de lectura; peluquería y hasta una oficina de correos; erigieron la popularidad de uno de los complejos más visitados de la región.

Destacan en él, la avenida cubierta por una techada de hierro recubierta de cristal por el cual penetra la luz solar; los interiores de su atrio, abundantemente decorados con patrones de estuco de estética marítima, atlantes, dragones y otros mitos; y las estatuas de Mercurio y Fortuna situadas en las entradas.

Todo un ejemplo de la extravagancia del estilo de los últimos años de la Rusia zarista, que hoy funciona a medio gas; pero que es su día albergo hasta la sucursal de Carl Fabergé en la ciudad.

Detalles arquitectónicos del Odessa Passage.

El Jardín Municipal

Adyacente a la famosa calle Deribasovskaya, el Jardín Municipal es uno de los parques más famosos de la ciudad.

Una amplia zona ajardinada de más de dos hectáreas cercana al mar con más de doscientos años de historia, que fue asignada a las autoridades municipales en mil ochocientos seis por su propietario Félix de Ribas, hermano de José Ribas y primer alcalde de Odesa.

Acacias, castaños silvestres, parterres llenos de rosales en flor. Flora entre la que destaca el conocido como “El árbol del Amor”, especie cuyas hojas poseen forma de corazón y un tronco en el cual puede leerse la palabra amor tallada en sesenta y cinco idiomas. Una rica vegetación importada de lugares como Italia y España que se entrevera con bellas construcciones como la fuente de mármol de Carrara o el cenador, hoy convertido en escenario de espectáculos musicales.

Además, el recinto cuenta con varios monumentos y estatuas famosas como la del "León y Leona", fabricadas en cobre por un escultor francés en el s. XIX; el de la "Silla Duodécima" o la del famoso cantante local Leonid Utiósov; esbozando la silueta de una de las zonas más plácidas y bellas que ver en la ciudad.

Vegetación en el Jardín de Odessa, Ucrania.

El Teatro de Ópera y Ballet

La perla arquitectónica de Odesa.

Construido en el s. XIX por Ferdinand Feller y Hermann Helmer, el Teatro Académico Estatal de Ópera y Ballet es uno de los edificios más hermosos y antiguos de la ciudad.
De marcado estilo barroco-vienés, fue diseñado bajo el ejemplo arquitectónico de la Ópera de Dresde pero con una planificación y técnica singular.

Con un interior opulentamente decorado con esculturas, molduras y columnas griegas, mimetizando al rococó francés; destaca enormemente en él la espectacular araña de cristal. Una lámpara de dos toneladas y media colgada de una cúpula en la que puede admirarse la representación de algunas de las escenas más ilustres de las obras de William Shakespeare.

Aquí dirigieron, cantaron y bailaron personalidades como Piotr Chaikovski, Enrico Caruso o Anna Pávlova; y justo en su balcón fue ondeada la bandera en honor a la liberación de la “Palmira del Sur”.

Un lugar que durante el s. XX vivió su máximo esplendor y que en dos mil siete cerró para que hoy, tras su remodelación, vuelva a lucir sus mejores galas.

Palacio de Vorontsov

El Bulevar Primorsky

Situado en la parte meridional del núcleo histórico de la ciudad, el Bulevar Primorsky es uno de los espacios más pintorescos y queridos tanto por autóctonos como por foráneos.

La forma primigenia de esta avenida paralela a la bahía de Sevastopol fue erigida en mil ochocientos ochenta y tres sobre los vestigios de la antigua fortaleza de Nicolás; la cual, a inicios del s. XIX, fue asolada por las tropas francesas.

Su aspecto actual data de mil novecientos cinco, cuando se decidió fusionar el bulevar con el paseo marítimo, arbolando la zona e instalando en ella algunos de los monumentos y conmemoraciones más emblemáticas del municipio, como el alzado en honor a los buques que combatieron durante la Guerra de Crimea; la placa que recuerda la tragedia del crucero Ochakov; o el memorial a la Escuadra del Flota del Mar Negro, la cual luchó contra los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.

Un lugar circundado por edificios neoclásicos y la bella ensenada en el que pasear tranquilamente acompañados por el pesar de la historia y la brisa del mar.

Boulevar Primorsky, Odessa.

El Palacio de Vorontsov

Uno de los mayores exponentes del Romanticismo en Odesa.

Como la mayor parte de edificios ilustres de la ciudad, el Palacio de Vorontsov fue construido a mitad del s. XIX como residencia de veraneo de Mijaíl Vorontsov, un importante gobernador ruso.

Diseñado por Edward Blore, arquitecto de su majestad la reina Victoria de Inglaterra, el complejo ejemplifica el hermoso dueto entre el talento del hombre y la naturaleza.

Con un contorno mimético al que traza el Ai-Petri (montañas), sus torres y almenas se integran perfectamente en el paisaje que lo envuelve.

Cada uno de los edificios que lo conforman posee un estilo determinado; trasladándonos del medievo, al gótico e incluso flirteando con el arte mudéjar. Un conjunto arquitectónico rodeado por cuarenta hectáreas de campos, bosques, lagunas y saltos de agua.

En el interior la sorpresa es aún mayor. Salas amuebladas con robles y caobas, representaciones pictóricas de ilustres artistas franceses, ingleses e italianos y un invernadero con esculturas que emulan la Grecia clásica; además de otras pertenencias de la dinastía de Vorontsov, la cual fue dueña del palacio hasta mil novecientos diecisiete.

Cinco años después, el recinto se convirtió en museo albergando una extensa colección de muebles, joyas y otros objetos de valor que durante la Segunda Guerra Mundial fueron usurpados por los alemanes.

Pero la historia de estos muros no termina aquí, pues en mil novecientos cuarenta y cinco fueron testigos de la conferencia entre la URSS, Gran Bretaña y EUA, en la que se decidió el destino del mundo tras la posguerra.

Fachada del Teatro de Ópera y Ballet de Odessa, Ucrania.

El Mercado de Privoz

Situado cerca de las estaciones de trenes y autobuses de la ciudad, el Mercado de Privoz es uno de los más grandes y reconocidos de Ucrania; formando el tridente de los imprescindibles que ver en Odesa junto al Bulevar Primosrky y la Escalera de Potemkin.

Construido en el año mil ochocientos veintisiete, el Privoz debe su nombre a que en sus inicios los productos eran vendidos desde los vehículos en los cuales llegaban a la localidad, ya que no había paradas en él. Una nomenclatura que derivada del verbo ucraniano “privozyti” y que significa llevar.

El mercado empezó como anexo al viejo recinto en el que se expendían los alimentos. Más tarde, a principios del s. XX apareció el conocido como “Pasaje de Frutas”, el cual contaba con cuatro edificios de dos plantas; y un siglo después, Privoz obtuvo dos espacios más para la venta de pescado y carne, convirtiéndose en el mayor mercado de alimentos de la ciudad.

Con el tiempo, las viejas instalaciones fueron remodelándose y actualmente el complejo abarca una superficie total de ocho hectáreas en las que recientemente se ha construido el conocido como Noviy Privoz. Un moderno centro comercial en el que se dispensan todo tipo de artículos manufacturados.

Un amplio surtido de productos locales como el salo, la shinka, la smetana o el tvorog y típicos dulces ucranianos como los rollos de semillas de amapola, los smetanniki y las tartas con miel; además de ropa, calzado, complementos y cosmética son solo una muestra de lo que podemos encontrar en Privoz.

Más de seis mil vendedores en uno de los mejores lugares en el que sumergirse en la cultura y tradición de una venta con más de doscientos años de antigüedad.

Paradas en el Mercado de Privoz, Odessa

La Catedral de la Transfiguración

La mayor catedral de Odesa y un gran símbolo de espiritualidad para la localidad.

Ubicada en la plaza Sobornaya, su iglesia predecesora fue erigida en mil setecientos noventa y cinco al unísono del puerto marítimo, convirtiéndose cien años después en la más grande del Imperio Ruso y llegando a albergar a hasta doce mil personas.

Desgraciadamente, en mil novecientos treinta fue destruida completamente hasta que, en el año dos mil cinco se llevaron a cabo las tareas de rehabilitación. Consiguiendo reconstruir una réplica exacta de la que fuere la antigua Catedral de la Transfiguración.

Una obra arquitectónica imponente, con un campanario de más de ochenta metros de altura en el que se encuentra la mayor campana del país y que, en su día, llegó a desempeñar bucólicamente la función de faro para todas aquellas naves que llegaban al puerto de la ciudad.

Cerca del recinto litúrgico encontramos una fuente y el monumento al príncipe Mijaíl Vorontsov, cuyos restos descansan en la sagrada edificación.

Catedral de la Transfirguración, Odessa.

Las Catacumbas

El lugar más misterioso de la Palmira del Sur. Una verdadera ciudad bajo las calles de Odesa con más de dos mil quinientos kilómetros de trazados laberínticos, paseos, búnkeres, cuevas con estalactitas, sótanos e intrincadas estructuras que la erigen como uno de los subsuelos más largos y complicados del mundo. Todo un reto para los más aventureros.

La mayor parte de las catacumbas pertenece a las antiguas canteras surgidas a mitades del s. XIX para la extracción de materiales de construcción que dieron origen a la población. Sin embargo, al poco tiempo las autoridades prohibieron la actividad, ya que esta provocaba el derrumbe de muchos de los edificios por los que habían estado erigidas.

Una vez abandonadas, se convirtieron en refugio de bandas y delincuentes dedicados al contrabando marítimo, mientras que durante la Segunda Guerra Mundial fueron habitadas por guerrilleros soviéticos.

Un paraje al cual acompañan centenares de secretos y leyendas, como la que narra que el capitán de un navío escondió en ellas una réplica de su buque hecha de oro, antes de marchar a la guerra. Pero por desgracia, este no regresó y aún hoy, aquellos que creen en la historia bajan a las catacumbas en busca del flamante botín.

Actualmente, se organizan diversas excursiones para conocer este extenso recorrido que nos permitirá descubrir la faceta más oculta de la ciudad.

Interior de las catacumbas de Odessa, Ucrania.

Lugares que visitar en Odesa en el mapa

¿Cómo llegar?

A día de hoy no existen vuelos directos hasta Odesa, por lo que si queremos viajar hasta Ucrania en avión deberemos aterrizar en Kiev y una vez allí, hacer escala u optar por otro medio de transporte como el tren o el autobús, aunque cabe señalar que la distancia hasta nuestro destino es de unos quinientos kilómetros; por lo que sin duda el ferrocarril o el alquiler de un coche se revelan como las opciones más cómodas.

Otra opción es viajar en nuestro vehículo particular recorriendo la bella Europa del Este.

Estación de tren de Odessa, Ucrania.

¿Dónde comer?

Definitivamente, comer en Odesa no es ningún sacrificio. Sus sucesivas ocupaciones y el asentamiento de diversas culturas y civilizaciones, sumada a la ya más que evidente globalización, han garantizado un amplio abanico gastronómico capaz de transportarnos de una punta a otra del globo terráqueo.

Aun así, somos del parecer que cuando uno viaja debe vivir esa experiencia al máximo y por eso creemos que vale la pena conectar con nuestro destino también a través del sabor y el aroma de las especialidades más autóctonas.

Por este motivo, a continuación, os hablamos de tres locales en los que la cocina ucraniana es la máxima.

Ocupando una viaja cabaña del siglo XIX, se presenta el Dacha, uno de los mejores restaurantes vintage de Odesa.

Un lugar que te transporta, no solo por sus ricas especialidades ucranianas como la tyulka, los cuellos de pollo marinados o el guiso de zanahorias y frutas secas. Además, su privilegiada situación en mitad de la naturaleza hace que saborear cualquier plato del Dacha adquiera un sabor especial.

Nuestra segunda recomendación pasa por visitar el U Restaurant About U. Un espacio moderno y elegante que sirve una versión contemporánea de la cocina regional. Un deleite para el paladar con una estupenda relación calidad-precio.

Finalmente, os sugerimos el Kumanets; el mejor sitio en el que degustar la gastronomía local. Una antigua casa en la que se sienten todo el folklore y cultura ucranianos.

Elaboraciones sabrosas y tradicionales servidas por un personal atento y profesional. Una visita ineludible para los amantes de sabores desconocidos y del buen comer.

Patatas al eneldo.
Contactos

Restaurante Dacha

U Restaurant About U

Benedikt

¿Dónde alojarse?

Odesa es una ciudad eminentemente turística; en gran parte gracias a sus idílicas playas y a la bondad de su climatología. Aun así, seduce a todo tipo de viajeros, debido a la gran riqueza histórica y cultural que atesoran su casco histórico y muchos otros enclaves a lo largo y ancho de la localidad.

Como de costumbre, procedemos a sugeriros tres céntricos alojamientos que os permitirán conocer todos los secretos de uno de los mayores tesoros situado en la Europa del Este..

Empezamos por el Bristol. Un histórico cinco estrellas a tan sólo quinientos metros del mismísimo Teatro de Ópera y Ballet.

Este elegante hotel cuenta además con restaurante gourmet en el que se sirven deliciosas especialidades francesas; un exclusivo spa con sauna y gimnasio; piscina cubierta y hasta sus propios establecimientos. Ay, si los zares levantaran la cabeza!

Algo más discretitos son los servicios que ofrece el Aleksandrovskiy. Ubicado cerca de la calle Derybasovska, este hotel ofrece estancias con baño privado y zona de escritorio, además de servir un delicioso desayuno continental.

Desde su recepción es posible gestionar el alquiler de vehículos, bicicletas y hasta la compra de entradas para acceder a algunos de los museos y monumentos de la ciudad.

Y para aquellos que quieran campar a sus anchas, que mejor que un aparthotel.

El Geneva dispone de habitaciones y apartamentos minimalistas, decorados con gusto y surtidos de todo lo necesario. Nevera, baño privado y cocina totalmente equipada para los que viajan de manera más nómada.

Además, se encuentra en las cercanías del paseo marítimo, por lo que sus alrededores cuentan con varios restaurantes, tiendas y cafeterías.

Fachada de un hotel en Odessa, Ucrania.
Contactos

Hotel Bristol

Hotel Aleksandrovskiy

Geneva ApartHotel

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