Combo: entradas para el Coliseo y las Termas de Caracalla

El Coliseo

El Coliseo es uno de los destinos más populares de Italia, que atrae a más de 5 millones de visitantes cada año. Se cree que fue construido como un regalo de los antiguos emperadores al pueblo romano, este gran anfiteatro al aire libre sirvió en su día como epicentro del entretenimiento, albergando diversos espectáculos públicos y juegos. Escenario de luchas de gladiadores, que a menudo incluían animales, el Coliseo tiene un pasado bastante sangriento. Retrocede en el tiempo, maravíllate con la impresionante arquitectura y recorre el suelo de la mayor arena conocida por la humanidad.

Tu entrada al Coliseo incluye también la entrada al monte Palatino y al Foro Romano. Dirígete al Foro Romano y viaja en el tiempo mientras recorres los mismos caminos que los antiguos romanos. Tendrás la oportunidad de presenciar sitios populares como el Templo de Antonino Pío, el Templo de Cástor y Pólux, el Templo de Saturno, el Arco de Septimio Severo y mucho más. El monte Palatino ofrece una de las mejores vistas de la ciudad. Considerado en su día el barrio más deseable de Roma, el monte Palatino perdura como un extenso yacimiento arqueológico y fue el lugar elegido por los emperadores para construir sus casas.

Las Termas de Caracalla

Las Thermae Antonianae, uno de los ejemplos más grandes y mejor conservados de un antiguo complejo termal, se construyeron bajo los auspicios del emperador Caracalla en la parte sur de la ciudad. El edificio se terminó en el año 216 d.C. y presenta la planta rectangular típica de los centros termales imperiales. El balneario no era simplemente un lugar para el baño, el deporte y la salud, sino también un lugar de estudio y de descanso. Alrededor del centro de la estructura se encuentran las distintas partes del balneario en orden secuencial: el "Calidarium", el "Tepidarium", el "Frigidarium" y la "Natatio". También hay otras zonas y áreas que se encuentran alrededor de los dos gimnasios. El sistema de agua era posible gracias a la construcción de un conducto especial desde el acueducto principal, llamado Aqua Antoniana. A lo largo de su historia, el balneario fue reconstruido en varias ocasiones, antes de cerrarse definitivamente en el año 537 d.C.