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Viajar a Carcasona

Carcasona es sin duda una de las localidades más bellas del sur de Francia.

Situada muy cerca de la frontera con nuestro país, en la región del Languedoc, es reconocida en todo el mundo por albergar una de las mayores ciudadelas medievales de toda Europa.

Pero la localidad es mucho más que historia y medievo. Posee un talante que cautiva más allá de su arquitectura y sus monumentos, adscrito en la cultura, en esa alma bohemia y artística tan característica del territorio francés.

Erigida sobre los cimientos de decenas de civilizaciones, Carcasona es hoy una ciudad de contrastes capaz de aunar pasado, presente y futuro que no defrauda en absoluto. Bajo esta consigna, la localidad se divide en dos núcleos. Por una parte, encontramos "la Cité "(nombre con el que se conoce a la antigua ciudad medieval), mientras que a orillas del río Aude se sitúa la “Bastide de Saint-Louis”, concebida como el corazón de la nueva Carcasona.

Dos enclaves que promete, leyenda, arte, conocimiento, gastronomía, ocio y que por supuesto representan una experiencia única e inigualable.

Detalles históricos

La ciudad traza un largo recorrido histórico que se remonta a inicios del s. VI a. C, tal y como revelan los restos arqueológicos hallados sobre un montículo situado a orillas del río Aude; los cuales se atribuyen a una tribu celta norte europea.

Diversas investigaciones realizadas sobre el terreno han constatado qué durante el periodo romano, alrededor del año ciento veintidós antes de Cristo, el imperio construyó una pequeña colonia fortificada sobre estos restos, a la cual bautizaron con el nombre de “Iulia Carcasso”.

Tras su inclusión en la provincia de la Galia, esta originaria ciudad gozó de la paz y prosperidad que le otorgaba su proximidad al Aude y a la Vía Aquitania, lo cual facilitaba el comercio y comunicación con las colonias de Narbo, Tolosa y Burgalia.

Durante el siglo III d. C, las diversas incursiones germánicas provocaron la construcción de numerosas fortificaciones y torres erigidas como bastión defensivo. Restos de las cuales, aún hoy, podemos ser testigo.

Con la llegada de los visigodos durante el s. V, Carcasona se convirtió en blindaje fronterizo ante los reinos francos, iniciando así un período de constantes lides, conquistas y reconquistas protagonizadas por sarracenos, càtaros, cristianos…, perdiendo su posición estratégica y siendo finalmente abandonada cuando, en mil doscientos cuarenta y siete, el rey Luis IX de Francia ordenó construir una nueva ciudad, la conocida “Bastide de Saint-Louis”.

Durante el s. XIII, esta neo nata ciudadela gozó de un gran desarrollo gracias a sus actividades comerciales, entre las que destacaban la producción y exportación de telas y lanas; propiciando el aumento del poder adquisitivo de sus habitantes, patente en la arquitectura de las casas que aún se conservan en el lugar.

A mediados del s. XIX el historiador Jean-Pierre Cros-Mayrevieille y el arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, se propusieron devolverle la vida a la ciudad originaria, emprendiendo la restauración del complejo medieval, recomponiendo su estructura y otorgándole la imagen que hoy podemos admirar.

Panorámica al anochecer de la ciudadela de Carcasona.

Visitar Carcasona

La Cité es sin lugar a dudas el mayor atractivo turístico que posee Carcasona.

Este imponente conjunto arquitectónico, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde mil novecientos noventa y siete, con sus calles gremiales, su basílica y por supuesto, su Château Comtal (el castillo condal), representan un imprescindible durante nuestro viaje a la ciudad franca. Pero una vez cruzado este particular túnel del tiempo, somos conscientes de que, de vuelta a la ciudad actual, son muchos los enclaves que aún nos quedan por visitar y muchas las experiencias que nos aguardan y de las cuales vale la pena disfrutar.

Pasear por las calles de la Ville Basse (nombre con el que los carcasonenses llaman a la “Bastide de Saint-Louis”); disfrutar del ambiente de las paradas del mercado semanal de la Place Carnot (la Plaza Carnot); subir al espectacular torreón de l’Eglise de Sant-Vincent (la Iglesia de San Vicente) y contemplar las espectaculares panorámicas que se divisan desde él, de la ciudad o navegar apaciblemente por el Canal du Midi (el Canal del Mediodía); constituyen algunos de los enclaves que ver Carcasona.

Mención aparte, su reputadísima gastronomía, la cual redondea la oferta turística de la ciudad.

Productos autóctonos y de temporada suscriben suculentas elaboraciones como el “cassoulet”, el canard o los crepes. Sin olvidarnos de los exquisitos quesos y vinos franceses.

Calle adornada con paraguas en la Bastide de Saint Louis, Carcasona.

¿Cómo llegar?

Carcasona es una de las ciudades europeas más accesibles por vía terrestre, sobre todo para los viajeros llegados de España; ya que esta se sitúa a unos cien kilómetros de la frontera. Aunque cabe señalar que la localidad dispone de también de aeropuerto; pero desgraciadamente, en la actualidad, no hay ninguna aerolínea que ofrezca vuelos directos desde nuestro país. Aun así, conozcamos todas las opciones de las que disponemos para llegar hasta el municipio .

En coche

Sin duda, la forma más rápida para acceder a Carcasona, aunque deberemos tener en cuenta la distancia a recorrer, su equivalencia en combustible y que las vías más asequibles en cuanto a tiempo de trayecto son autopistas; por lo que habrá que sumar el pertinente coste de peajes.

A modo de orientación os ofrecemos el kilometraje al cual se encuentran las principales ciudades del estado: Barcelona, 300 km: Bilbao, 530 km, Madrid 880 km y finalmente Sevilla, a 1.200 km.

Si optamos por este medio, una vez cruzada la frontera, tras los pirineos catalanes, deberemos tomar la autopista A61 hasta la salida 23 Carcassonne-Ouest y seguir posteriormente las indicaciones hacia Mazamet/Carcassonne-Centre, fin de nuestro trayecto.

En tren

Solamente Barcelona dispone de trenes directos hasta Carcasona y otros que realizan parada en la ciudad de Narbona, situada a tan solo sesenta kilómetros de nuestro destino. A partir de este precepto, si optamos por la alternativa ferroviaria desde cualquier otra ciudad estatal, deberemos realizar los trasbordos pertinentes hasta llegar a la estación de Sants, en la ciudad condal y desde allí tomar el tren definitivo hasta Carcasona.

La adquisición de billetes puede realizarse en la web oficial de Renfe-SNCF, donde también encontrareis toda la información sobre los horarios y frecuencias de los convoyes.

En autobús

Como sucede con los trenes, varias son las compañías de autobús que cubren el trayecto entre Barcelona y Carcasona, pero sigue siendo necesario realizar trasbordo en la ciudad condal si partimos desde cualquier otra capital española.

Para nosotros, uno de los mejores servicios es el que ofrece Flixbus. La compañía realiza este trayecto con un coste promedio de 27 euros por viaje. En su web podéis consultar toda la información al respecto.

En avión

Como os comentábamos en líneas anteriores, aunque Carcasona dispone de aeropuerto, los viajes desde el estado no son demasiado factibles, ya que las aerolíneas que operan desde aquí, no disponen de vuelos directos hacia la ciudad. Si de todos modos queremos apostar por el avión como medio de transporte, la opción más acertada es volar hasta Toulouse, donde encontramos el aeropuerto más cercano y trasladarnos desde allí hasta nuestro destino, tomando alguno de los autobuses que parten desde las inmediaciones de las instalaciones cada media hora. O en su defecto, acercarnos hasta la estación central de la ciudad y tomar alguno de los trenes regionales que contemplen Carcasona entre sus destinos parada.

Estación de trenes de Carcasona.

¿Dónde comer?

La ciudad cuenta con numerosos restaurantes, bares y bistrós, donde poder deleitarse con las especialidades más célebres de la gastronomía francesa. Crepes, “galettes” (crepes salados), quesos con denominación de origen… y por supuesto, especialidades elaboradas con los mejores productos de la localidad.

La mayoría de estos establecimientos se concentran en las dos grandes zonas turísticas de la ciudad; “La Cité” (la antigua ciudadela medieval) y la "Bastida de Saint-Louis," corazón histórico de la nueva Carcasona y por ente, testigo de la vida comercial y social de la localidad.

Entre las muchas ofertas que encontramos os sugerimos que os paséis por La Barbacane, un lujoso restaurante ubicado en el recinto medieval y que está considerado como uno de los referentes culinarios tras sus murallas. Su especialidad, el “cassoulet”, esa especie de fabada contundente, elaborada con delicias como el pato, la oca o las salchichas de Toulouse.

Aunque, no podemos partir del país vecino sin catar el sabor de los auténticos crepes y galettes. Dulces, salados, con carne, salmón, pollo, frutas, chocolate… En Le Blé Noir, son muy conscientes de la versatilidad de estas ligeras porciones de masa elaboradas a partir de harina de trigo sarraceno y su carta es sin duda muestra de ello por transgresora y original.

Finalmente, ¿porque no el concepto bistró?. Cosmopolita, desenfadado, pero con unos fogones de calidad. Bistró Blasco es un referente en la "Bastide". Si os acercáis al lugar, no dejéis de probar la lubina a la parrilla con sus verduras y el toque de ajo de su salsa. Pero dejad sitio para el postre porque su “coulant” de chocolate es espectacular.

Interior de un antiguo bistró, Carcasona.
Contactos

La Barbacane

Crepêrie Le Blé Noir

Bistró Blasco

¿Dónde alojarse?

Carcasona. Medievo, castillos, princesas y caballeros. Monumentos, paisajes y múltiples actividades. La ciudad es consciente de su potencial, es consciente de que se erige como mucho más que una visita de un día y por todo ello ofrece múltiples opciones de hospedaje, ajustándose a las necesidades requisitos y bolsillos de cada viajero.

Nosotros os proponemos tres espacios tanto en el interior de la Cité, como algo más alejados de la vorágine turística.

¿Os imagináis pernoctar en un lujoso castillo en el corazón de la ciudad medieval? Pues bien, eso es lo que os ofrece el Hotel de la Cité & Spa MGallery.

Este lujoso cuatro estrellas situado junto a la basílica de "Saint Nazaire", es uno de los exclusivos hoteles ubicados dentro de la ciudadela. Entre los espectaculares servicios que ofrece a sus huéspedes, destacan el spa y su centro de bienestar. Además, el establecimiento cuenta con jardín, piscina y restaurante gourmet.

Pero Carcasona también cuenta con alojamientos fuera del circuito caballeresco. En torno al eje turístico y comercial que representa la "Bastide de Saint-Louis" encontramos muchísimos hoteles, hostales, Bed & Breakfast y apartamentos de alquiler, entre los cuales queremos destacaros el 45 BB. Un Bed & Breakfast situado cerca de la catedral de Carcasona de estilo cosmopolita y contemporáneo y que cuenta con unas instalaciones recientemente remodeladas. Todas sus estancias disponen de baño privado y sus clientes pueden disfrutar de piscina de temporada en su reconfortante jardín.

Para concluir el apartado os hablamos del Le Couvent, un vanguardista y coqueto hostal ubicado a tan solo trescientos metros de la Casa Memorial, en el corazón de la nueva ciudad. Su oferta se enmarca en el concepto albergue, centrándose en la reserva de camas en habitaciones compartidas de entre cuatro a ocho personas, aunque cabe señalar que dispone también de una habitación doble y dos cuádruples; ideales para esas escapadas en familia o con amigos.

El establecimiento cuenta además con servicio gastronómico, el cual es atendido principalmente es su restaurante; aunque también cuenta con un bar y una cafetería. En la parte externa, el Le Couvent ofrece un íntimo patio interior en el que poder disfrutar de manera distendida y relajada después de una larga jornada turística o divertirse echando una partidita a los dardos o al ping-pong.

Fachada del Hotel de la Cité, Carcasona.
Contactos

Hotel de la Cité & Spa MGallery

45 BB

Le Couvent-Hostel

Telf: +33 468 475 025

Web oficial: Le Couvent-Hostel

Dirección: Rue du 4 Septembre, 31 Carcassonne, 11000 Francia (ver en Google Maps)

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